Me desperté casi a la una de la tarde después de haber dormido poco menos de 6 horas. Entre la luz del sol y la media resaca que tenía de la Full Moon Party no pude dormir más, aunque mejor, porque ese día debería ir a dormir pronto para el día siguiente ya marchar hacia Koh Samui, la tercera y última isla que me quedaba por ver del Golfo de Tailandia.

Como cada mañana me duché, tomé el café y escribí el periódico. Luego pasé fotos y videos del móvil en el PC porque había grabado tantos vídeos en la Full Moon Party que el móvil ya se había quedado sin memoria. De hecho habría grabado algún vídeo más en la fiesta pero ya no pude. De todas formas hice fotos y vídeos más que de sobra. Además debía aprovechar que estaba en ese hotel con fibra óptica para subir todas las fotos y videos al servidor y así ya no sufrir por si perdía el portátil. El portátil es importante pero mas lo son las fotos.

Hacia las 15h fui al restaurante del hotel a desayunar o almorzar, depende de cómo se mire, en cualquier caso casi que era un almuerzo, pues aunque lo vendían como desayuno, lo que pedí fue «Omelette on Toast», que son dos tostadas con mantequilla y una tortilla de dos huevos con verduras y queso. Todo ello 80 bates, unos 2,30 €. Después de tantas horas sin comida y tanta energía gastada, me entró como nunca. Y mas en esa terraza en primera línea de mar contemplando una bahía de arena blanca.

A las 15:30h volvía a la habitación y no sabría decir si me dormí o no, yo intenté que no pero se me hicieron las 17:30h muy rápido por lo que diría que al menos 30 minutos si que dormí. Como ya he dicho antes, al día siguiente se marchaba hacia Koh Samui por lo que ese día tenía que ir a dormir pronto.

Por la tarde tenía que mirarme el tema de los taxis para ir al día siguiente al puerto de Koh Phangan desde donde salía el ferry que tenía que coger para ir a la isla Samui. No sabía exactamente cómo iban pero la intención era preguntar primero a la agencia dónde había contratado el transporte en la Full Moon Party, para estar a 20 metros de mi habitación, tener unos precios lo suficientemente razonables a pesar de su ubicación y para ser la mujer tan atenta.

Me tomé otro café, volví a ducharme y vestirme para ir hacia la agencia a preguntar, pero justo cuando ya iba a salir empezó a llover. La agencia estaba a 20 metros, por lo que la lluvia no importaba, pero es que quería aprovechar para ir de compras. Entre esto y que pensaba que la agencia cerraría a las 21 o 22 horas, pues cuando fui ya eran las 20:10 h. Y sorpresa, ya estaba cerrada. Así que a 12 horas de la salida de mi ferry hacia la isla vecina, no tenía ni idea de cómo llegaría hasta el puerto. Caminando estaba prácticamente descartado, pues eran 10 kilómetros arrastrando la maleta y debería salir del hotel sobre las 7 de la mañana. En cualquier caso, volví a la habitación porque cada vez llovía mas y ya iría a la agencia al día siguiente a primera hora. Tenía que llegar al muelle entre las 10 y las 10:30h, por lo que por la mañana todavía tenía cierto margen de maniobra. Si con esta agencia no pudiera, la cosa se complicaría y bastante, pues allá cerca no había nada más donde buscar un taxi, aunque fuera normal. Ya sería preguntar a los trabajadores de por allí si conocían a algún taxista o al menos taxi colectivo que pudiera pasar por allí en algún momento.

Quería ir de compras al 7-elevan pero no si llovía, pues estaba a más de 10 minutos andando y no quería sacar el impermeable sólo para ir al 7-elevan. Así que viendo que no paraba fui al Big K de al lado del hotel, donde ya había ido el primer día y que era carísimo, incluso creo que se inventan los precios una vez estás en caja, porque ni siquiera están puestos en las estanterías. Así que compré lo indispensable para cenar esa noche, pasta y una lata de pescado, y volví a la habitación.

Por cierto, que ese día prácticamente no se vio el sol en todo el día, y por tanto, la puesta de sol tampoco, por lo que llegaba al último día a alguna playa de Tailandia encarada al oeste , y habían sido 10, y no había podido ver ninguna puesta de sol completa. Era desesperante.

A las 21h preparé la maleta, que debido a que no había ido a la lavandería no tenía que guardar casi nada, y sobre las 22:30h cené. A la hora que empezaba a cenar ya había parado de llover, por lo que si hubiera esperado podría haber ido al 7-elevan. En fin, por lo poco que compré tampoco valía demasiado la pena.

Quería acostarse pronto pues al día siguiente quería despertarme a las 6 de la mañana aunque ya notaba que seguramente me costaría dormirme más de lo que pensaba. De hecho era normal, pues ese día me había despertado a las 13h y encima había cumplido una mediodía de 30 minutos.

Hacia las 12 de la noche me estiré pero hasta las dos bien no me dormí, rato que estuve mirando «La que se avecina», que en los últimos días me estaba tragando toda la temporada 11 .

Llegaba en la última noche a la isla de la Full Moon Party, disfrutando mucho más de lo que jamás imaginé y durmiendo en una habitación en primera línea de playa con unas vistas brutales desde la misma cama. 4 días inolvidables en la que era tan sólo una de las paradas de un largo viaje para poder asistir a una de las fiestas más conocidas del mundo.