Me desperté a las 14:30h después de haber dormido 10 horas seguidas sin despertarme ni una sola vez. ¡Increíble! Y todo por haber sido el día anterior 40 horas seguidas cogiendo aviones y autobuses.

Emma no estaba, pero todavía no me había tomado ni el café que ya llegó. Estaba todavía medio rígido de tanto dormir y medio despertándome, que Emma me dijo que ya teníamos que marcharnos, pues nos habían invitado a una fiesta de Marlon, el hijo de Lola, la mujer de su hermano Chicho.

A mí tener que marcharme tan rápido sin haberme tomado un café con tranquilidad me cabrea un poco, así que le dije que antes debía tomarme el café, ducharme y vestirme. Cierto que ya me había avisado de la fiesta, pero no sabía que sería tan pronto.

Así que me tomé rápido el café, me duché y me vestí con la mejor ropa que llevaba, que era un pantalón azul y un polo. De todas formas finalmente acabamos marchando casi a las 17h, pues Emma se estiró y se medio dormió, tiempo que aproveché para mirar correos y escribir un poco el diario.

Casi a las 17h salimos a buscar un taxi para ir hasta el salón donde se celebraba la fiesta. El salón estaba muy cerca de donde había alquilado el apartamento en los dos últimos años, por lo que ya me conocía un poco la zona. El salón era grande con unas 10 mesas redondas en las que ya muchos de los invitados habían acabado de comer. También había un payaso preparándose para la actuación e incluso había una piscina en un patio.

Pero antes pasamos por el Chedraui que tantas veces había ido en los años anteriores a comprar el regalo por el niño y algo mas. Chedraui es una de las cadenas más conocidas de México muy similares a los Carrefours.

Al primero que saludamos fue en el festejado, en Marlon, un niño que cumplía 7 años pero ya muy educado y simpático.

Fuera en el patio estaba Lola, la madre del festejado y dos de sus hermanas que estaban preparando el almuerzo en dos ollas enormes. Entramos después de saludar y nos sentamos en una de las mesas ya ocupada por un matrimonio y su hija. No los conocíamos pero allí no pasa nada, saludas, suyos y ya está.

Nos llevaron la comida, que era un plato con pollo, un poco de espaguetis, puré de patata y una salsa de chile muy picante. Mientras comíamos llegó una de las hermanas de Emma, Xochitl que aún no la conocía. Nos presentó a ella ya su hija Alin. Algo más tarde llegó el hermano, Chicho que sí ya lo conocía de los otros años.

El payaso primero empezó su actuación en el patio hasta que un niño cayó debido al agua que había por el suelo de la piscina y decidió seguir dentro, por lo que casi toda la actuación la pudimos ver, y de hecho fue bastante divertida. Hacía desde piñatas que eran muñecos, el juego de la silla, concurso de conseguir cosas de entre los asistentes y otros juegos muy divertidos.

Finalmente Marlon se sentaba en la mesa presidencial con el pastel a soplar las velas con los niños detrás y todos cantando las «Mañanitas», la canción típica en México para felicitar un cumpleaños. Después de soplar las velas le dieron los regalos uno por uno y Lola repartió el pastel entre todos los asistentes. Evidentemente no tocó demasiado, pues éramos muchos, pero estaba muy bueno.

La verdad es que la fiesta estaba muy bien, había muchos invitados y todo era muy divertido. Aunque el payaso hacía la actuación sobre todo por los niños, también la hacía de tal modo que fuera entretenido por todos, también por los adultos que estábamos allí mirando. La gente era muy amable, el payaso muy divertido y había cervezas de sobra para todos.

Y al poco rato Emma y yo ya fuimos a su casa. Habíamos pasado una buena tarde, había conocido aparte de la familia de Emma que aún no conocía y me había reencontrado con Chicho. Una muy buena primera tarde en México comiendo, bebiendo y conociendo a nuevas personas y bien diferente al resto del viaje.

Eran casi las 20h cuando llegábamos a su casa donde yo seguí descansando un poco después de organizar bien todas mis cosas y ubicarme en la casa, pues allí ya me quedaría todo un mes. No tenía demasiado sueño pero la verdad es que todavía me sentía algo cansado. A sus 39 años ya cuesta mucho recuperarse de casi 40 horas sin dormir, cogiendo dos aviones y un autobús.

Hacia las 21:30h, a pesar de haber comido tarde en la fiesta, ya teníamos hambre, pues el plato de la fiesta no fue demasiado contundente por lo que fuimos a cenar a una taquería a 3 minutos andando de casa Emma y donde acabaríamos pidiendo varias veces en los próximos días. Una vez allí yo pedí un Suizo, que era carne de ternera con cebolla y queso junto a 6 tortillas, que le dicen ellos, que son lo que utilizan para hacer los tacos. Además pedí 5 tacos al pastor, que son de carne de cerdo, cebolla y filantro, que es una verdura. Emma por su parte pidió 5 tacos al pastor. Por tanto, yo pedí todo un Suizo más que ella y que en ese momento aún no sabía cómo era, pues ésta era la primera vez que pedía uno. Y resultó que el Suizo era como 8 o 9 tacos juntos, un pase.

Todo esto estaba buenísimo. Me encanta cómo preparan la carne y lo bueno que queda junto con las tortillas y la cebolla. Una vez me lo acabé todo, Suizo y los 5 tacos, no es que tuviera más hambre pero si que me apetecían más tacos, así que pedí mas pero ya se les había acabado la carne, pues ya eran las 22:15h y era un restaurante con mucha clientela, así que me comí sólo lo que Emma dejó de los 5 tacos. Si, todavía me jodé parte de lo suyo… Y todo esto costó 60 pesos, poco menos de 3€. En México puedes comer muy bueno y hasta no poder mas por precios ridículos.

Hacia 22:30h volvíamos a casa Emma ya a dormir, pues aunque yo ese primer día en México me había despertado tarde, ya notaba que tenía suficiente sueño como para dormir 8 horas seguidas, como así va ser.

Y así terminaba mi primer día en Tuxtepec viviendo por primera vez acompañado y en una casa, habiendo ido ya a la primera de las muchas fiestas que iría durante los próximos días y haciéndome jodido las botas de auténtica comida mexicana. Nada más llegar y la cosa ya prometía mucho.