Este día nos despertamos casi a la misma hora y de hecho bastante tarde, casi a las 11, pues el día anterior habíamos ido a dormir todos a las 3 de la madrugada. A diferencia de otros días, éste sí que recordaba bastante lo que había soñado, y fue un sueño extraño, como si estuviera en una mezcla de Edimburgo, Noruega y Toronto, supongo que porque al cabo de 4 días ya se marchaba hacia Toronto para seguir y acabar con la vuelta al mundo iniciada casi 3 meses antes.

Y como cada mañana me preparé el café, escribí este diario, miré correos, noticias, finanzas, etc. Después hablamos de dónde podríamos ir a comer aunque ya teníamos medio claro que estaría en la Estampida, un restaurante bastante caro pero con platos muy elaborados, completos y realmente buenos. De todas formas era caro en comparación con otros restaurantes mexicanos, pero comparado con un restaurante del centro de Barcelona, ​​todavía resultaba bastante barato.

Después me repasé un poco el pelo con la máquina que siempre llevo en los viajes, señal de que ya cada vez me quedaban menos días en Tuxtepec. Mientras me tomaba un segundo café decidimos ir a comer a la Estampida hacia las 16h para coger más hambre ya que allí hay que ir con mucha hambre para poder disfrutar bien de toda la comida. Mejor no dejar nada en el plato.

Hacia las 15:30h fuimos hacia la Estampida pero pasando antes por una obra cercana ya que Emma quería hablar con el jefe de obra para que le hiciera un presupuesto para los apartamentos que quería hacer en el piso de arriba de su casa.

Hasta la obra fuimos andando. El calor era insoportable, de hecho me parecía el día más caluroso desde que estaba en Tuxtepec, que ya es decir. En unos 5 minutos llegamos, entramos y hablamos con el jefe de obra. Todos los albañiles, unos 6 o 7, se nos quedaron mirando e incluso escuchando, pues era Emma la que hablaba y supongo que les extrañaba un poco. Le explicó un poco lo que quería y quedaron para el sábado, dos días después hacia las 15:30h para que fuera y le hiciera un presupuesto. Nos despedimos y tomamos un taxi para ir a la Estampida donde llegamos hacia las 16h, tal y como teníamos previsto.

Al contrario de lo que pensaba, estaba bastante lleno. Además, si que era el restaurante que yo le decía a Emma desde hacía días pero que pensaba que estaba cerca de su casa, pero no, estaba muy lejos, realmente estaba equivocado en cuanto a su ubicación.

Yo pedí chicharrón de queso con huacamole de entrada y ambos Arrachera Tampiqueña como plato principal, que era un bistec de ternera con salsa de frijoles, huacamole, patatas fritas y plátano frito. El plato costaba casi 200 pesos, unos 9€ pero estaba realmente bueno y llevaba comida casi para dos. La carne estaba muy bien hecha, muy tierna y muy sabrosa, de hecho la mejor que había comido nunca en México y con mucho tiempo en general.

El chicharrón de queso también estaba buenísimo y era la primera vez que lo probaba, pues ya había comido chicharrón antes pero no de queso. Éste era uno de esos almuerzos que disfrutas mucho y que recuerdas aún más.

Emma no acabó todo el bistec pero yo si me acabé todo lo mío. Todo ello era bastante cantidad pero estaba todo tan bueno que no tuve ningún problema en comérmelo todo. Eso sí, la factura final fue de casi 500 pesos, unos 23€ entre ambos. Un precio caro por ser México pero que no dejaba de ser el precio de un menú normal en Barcelona, y esta comida normal no tuvo nada.

Pagamos y nos marchamos. Antes de tomar un taxi fuimos a un Oxxo que estaba a pocos metros del restaurante a comprar ya el tabaco que necesitaría para el resto de días que me quedaban de viaje que sólo serían unos 10 más. Más valía comprar aquí el tabaco que en Canadá o Irlanda. Después ya cogimos un taxi que compartimos con otra mujer que había por ahí y fuimos a casa donde llegamos hacia las 17h. Enseguida me estiré mientras miraba a Ozark pero no tardé ni 10 minutos en quedarme completamente dormido.

Yo me desperté casi a las 20h, pues casi siempre duermo al menos dos horas y media. Miré el portátil y vi que la conexión fallaba. Ya supuse que sería porque Emma no había pagado y ya le habían cortado. Siempre tarda unos días en pagar, pues la factura no va domiciliada sino que debe pagarse por teléfono o no sé cómo, en cualquier caso es un merdé.

Después ella vino y me lo confirmó. Así que fue a casa de Chicho, tomó una foto en el router y nos conectamos a su red. El problema era que no llegaba a todas partes de la casa por lo que no podíamos ver la TV y el portátil no conseguía conectarse, sólo el móvil.

De todas formas yo ya casi que había hecho todo lo que tenía que hacer que requiriese de conexión a Internet por lo que aproveché para escribir el diario más rato de lo normal y así avanzar un poco más. Y así estuve hasta casi las 23h que fui a charlar un rato, pues la TV no podíamos verla.

Aunque ya hacía 10 horas que habíamos comido, lo cierto es que habíamos comido mucho e incluso yo todavía no tenía hambre. Esperé hasta casi las 3 de la madrugada para levantarme de nuevo e ir a cenar. Es curioso pero si no ceno me cuesta mucho dormir.

Comí un bote de pasta deshidratada y la carne que Emma no había terminado en la Estampida. Y después ya si que fui a dormir, pues ya eran las 3:30 h. Éste había sido un día tranquilo y de descanso pero ya respirándose un cierto ambiente de despido, pues ir a la Estampida era una de las cosas que quería hacer antes de marcharse y que hicimos ese día porque ya quedaban muy pocos para dejar México. Los días pasaban volando y yo estaba cada día algo más triste al ver el día del despido más cerca.