Este día quedamos con Chely que se dedicaba a la vainilla. Era científica y ayudaba a productores a que las plantaciones fueran lo más eficientes posibles haciendo todo tipo de análisis en las plantas. El día anterior la conocí y nos invitó a ir a ver una colección de diferentes especies que tenía en un Instituto donde daba clases.

Quedamos a las 10 de la mañana para evitar las horas de más calor. En este caso, era más probable que a las 10 ya llegara, a diferencia de cuando quedábamos con Chicho que podía retrasarse dos horas. Por lo que a las 8:30h ya me levanté para tomar primero el café mientras escribía el periódico y después ducharme y prepararme.

A las 10 en punto ya estábamos preparados y Chely también fue muy puntual, por lo que antes de las 10:10h ya estábamos en el coche de Chely, también con su hijo, en dirección al Instituto Tecnológico de Tuxtepec . Este Instituto está muy cerca de donde duermo, de hecho vive en una zona muy preciada por los estudiantes que buscan una habitación, por lo que tengo tanto interés en terminar los apartamentos de la segunda planta.

A los pocos minutos ya entrábamos en el recinto del instituto. Aunque no fue ni las 10:30h el calor ya era insoportable. Fuimos directamente a una especie de invernadero que había en medio del patio y que era donde Chely tenía todas las plantas. Nada más entrar en invernadero ya se podía sentir el olor tan característico de la vainilla, y eso que las plantas sólo tenían hojas. Esto tan trivial me sorprendió muchísimo.

Al menos había unas 60 especies distintas de vainilla, algunas conocidas pero otras que se había encontrado ella misma en medio del bosque y que ni siquiera estaban catalogadas, vainillas silvestres como le decía ella.

Me estuvo contando casi una por una sus características. Me sorprendió que prácticamente sólo existe una especie que se comercializa debido a la facilidad de producirla, el sabor, etc. El resto son más difíciles y por tanto no se utilizan para el consumo. También me sorprendió la manera en que se plantan, pues la vainilla es una planta trepadora sin tronco por lo que cada planta se va enredando sobre un palo y conforme la planta va creciendo se coloca de tal modo que vaya dando vueltas al palo de arriba abajo.

Yo le hice algunas preguntas relacionadas con la producción de la vainilla en Tuxtepec por si podría interesarme invertir en alguna plantación, pero dejó bien claro que Tuxtepec ya no es un buen lugar debido al cambio climático que ha provocado un aumento generalizado de la temperatura por lo que ya hace demasiado calor. De hecho me explicaba que muchos productores están comprando terrenos cada vez más arriba de la Sierra donde la temperatura es más baja. Ya no era una buena opción pero nunca debe perderse la oportunidad de preguntar e informarse sobre posibles inversiones y menos cuando tienes la posibilidad de preguntarle a una de las mejores expertas de todo el estado.

Le ayudé a regar un poco alguna de las plantas que se veía más seca debido a que la bomba de agua no funcionaba. Nos hicimos algunas fotos y ya nos fuimos, yo sabiendo muchas más cosas y habiendo pasado un buen rato y sobre todo aprovechada y didáctica.

Eran casi las 11:30h cuando salíamos del instituto y íbamos a comprar el desayuno. Desayuno que en México es casi comida, aunque después también comen pero muy tarde, algunos hacia las 16h. Fuimos a un pequeño restaurante allí cerca que conocía a Chely donde ella compró la comida para los 4. Compró borrego y sopa para tomar allí aunque yo no quise. De hecho, para mí era demasiado pronto para una sopa.

Y con el desayuno volvimos a casa, preparamos la mesa fuera en el patio igual que el día anterior y desayunamos nosotros 4 y los niños. El borrego se comía, como es habitual, en tacos. Chely ya hacía rato que decía que quería un café, por lo que Emma fue el primero que fue a preparar cuando llegamos. Y de hecho Chely también iba entrando para ver cómo iba y ayudarla de tantas ganas que tenía de café. Me recordaba a mí a primera hora de la mañana…

Así que un día más volvíamos a estar fuera en el patio con la mesa, invitados y un montón de comida. Y porque todavía no eran ni las 12h, sino también habría mezcal y tequila.

Estuvimos hablando con Emmanuel de lo que pensaba estudiar, que era cirugía aunque yo no sabía qué especialidad, así que le pregunté y me dijo neurocirugía. Me quedé bastante alucinado, de hecho ya lo estaba con lo de cirujano pero la neurocirugía sonaba más complicado y sobre todo que se necesita aún más estomago. Éstas son las típicas profesiones que yo no podría hacer de asco que me daría.

Emmanuel tenía 14 años pero me pareció que ya lo tenía muy claro qué quería hacer eso. Miguel, el hijo de Chely, ya había terminado arquitectura y de hecho había hecho los planos de los apartamentos de la segunda planta de casa de Emma. Y los demás eran demasiado pequeños para saber nada. Así que estaba en medio de una familia con muchos estudiosos y grandes profesionales. Eso sí, todos profesionales por cuenta ajena y con horarios muy marcados y largas jornadas laborales, que es justamente lo que yo nunca busco.

En cualquier caso me sentía muy privilegiado poder compartir mesa con gente tan inteligente, trabajadora y culta. Es realmente agradable y provechoso pasa un rato con gente así.

Hacia las 12:30h Chely y Miguel se despidieron, pues al día siguiente ya marchaban hacia Guatemala donde Chely debía reunirse con un productor de vainilla. Conmigo se despidió mas ya que cuando ella volviera yo ya se habría marchado de México y ya no nos veríamos mas, al menos hasta el año siguiente.

Cuando todo el mundo hubo terminado de comer recogimos la mesa, limpiamos un poco y fuimos a descansar un rato, es decir, yo a mirar a Netflix ya la siesta aunque no eran ni las 13h.

Todo el mundo como siempre se levantó al poco rato pero yo hasta casi las 16h no me desperté. Emma ya estaba dando vueltas por el patio cuando yo me fui a preparar el café ya escribir el periódico. Hacia las 17:30h me envió un Whatsapp diciéndome que estaba en casa de Chicho y que fuera hacia allí, así que me vestí para ir. Pero cuando salí al patín vi a Emmanuel tocando la guitarra y Daira al lado vendiendo cosas a la gente de la calle. Por iniciativa propia les pidió bolsas de caramelos y cosas similares a sus padres, lo puso todo en una mesa frente a la puerta que da a la calle, y gritando empezó a vender cosas a la gente que pasaba. Una niña de 9 años y con un espíritu emprendedor ya tan desarrollado. Madera de empresaria.

Emmanuel me llamó y fui hacia allí a sentarme a su lado mientras tocaba la guitarra y Daira me contaba cómo le iban las ventas. Entre otros ya me contaba que una mujer les había intentado dar menos cambio, pero Daira no tenía algo de tonta. Emmanuel me pidió que le ayudara con la letra de una canción que estaba componiendo, a lo que le respondí que yo era lo menos indicado para ayudarle en aquello.

Estuvimos un rato que yo decía una palabra y él hacía una pequeña canción en la que apareciera. La verdad es que se le daba bastante bien y las canciones que iba haciendo no sólo tenían sentido sino que quedaban bastante bien.

Al cabo de unos 15 minutos de estar ahí fuera sentado, salió Emma de casa Chicho para decirme que porque no entraba, a lo que le respondí que estaba allí escuchando a Emmanuel. Pero ella me hizo entrar en casa a Chicho pues ya incluso estaba Chely, que supuestamente ya no tenía que verla más después de haberme despedido esa misma mañana.

Así que fui hacia allí y Chely ya estaba sentada en la mesa, comiendo. Siempre la veía comiendo y mucho… Estaba comiendo unas torcidas que había preparado Lola con la ayuda de Emma. Yo todavía no tenía hambre por lo que me senté allí sin pedir todavía nada. Eso si, Chicho ya empezó a quitar birras…

Al cabo de un rato llegaron Marco, Ana y su hija que apenas salían de trabajar. Ana había hecho y traído unos cupcakes que sólo verlos me vino el hambre de repente. Al menos me comí 4. Hay que tener en cuenta que hartan mucho.

Por la TV estaban haciendo un partido. Jugaban Tijuana contra América en la copa de México. Yo pregunté qué equipos eran y Marco me lo explicó pero incluso poniendo ejemplos de equipos españoles equivalentes, demostrando que tenía un gran conocimiento del fútbol y de la liga española.

Y así estuvimos bebiendo, charlando y comiendo hasta las 21h. Finalmente si que comí torcidas ya que de tanto verlas finalmente me vino la gana, y cabe decir que estaban buenísimas, de hecho se podría decir que eran las más buenas que había probado, pues al hacerlas en casa pusieron de todo y mucho.

La verdad es que era muy agradable pasar el rato con Chicho, Marco, Lola, Ana, etc. Eran todos muy buena gente y que me acogieron y aceptaron muy bien desde el primer momento. Los había visto rara vez pero ya me trataban como un mes de la familia.

Marco habló un rato de los problemas con el director de su hospital, demostrando una vez más los problemas que existen en el sector de la sanidad y que es el motivo principal por el que de momento no tengo interés en vivir en México . Por lo que decía el director incluso a veces ni siquiera iba a trabajar, dejaba gestiones sin hacer, etc. Todo ello derivaba en problemas para los pacientes que los médicos como Marco tenían que aguantar.

Hacia las 21h volvimos a casa ya después de cenar. Yo evidentemente volví a comer sobre las 12 de la noche porque no puedo ir a dormir si hace tanto rato que he comido por última vez.

Otro día bien aprovechado en el que tuve la suerte de poder ser el alumno privilegiado de una de las científicas más valoradas de Oaxaca y México con visita guiada incluida por su laboratorio. Y no sólo eso sino que también comí y cena con ella y con parte de la familia de Emma con la que cada vez me sentía más cómodo y pasaba momentos más divertidos. Pasar ratos tan divertidos entre abogados, cirujanos y científicos no deja de ser un tanto curioso.