Este fue el día en el que peor despertar tuve, yo y todo el mundo, y el día de la experiencia más inolvidable de todo el viaje y que recordaría toda la vida.

Hacia las 3:30h de la madrugada me despertó de repente un ruido muy fuerte tal y como si fuera un trueno, pero más fuerte y mucho más largo. Y cuando ya estaba despierto por el ruido pero aún sin ser consciente de nada noté que todo se movía. ¡Era un terremoto!

Evidentemente, para mí éste era el terremoto más fuerte que había vivido nunca, pues sólo oí uno de 4 grados en Vilassar que fue casi imperceptible, pero éste lo era y mucho. Al cabo de unos 5 segundos ya éramos conscientes de la magnitud y por suerte no era un terremoto que tuviera que echar la casa al suelo. Más tarde supimos que era de 5.2 grados y no de 5 tal y como se había informado en un primer momento. Mientras todo se movía escuchábamos a todos los perros de la ciudad ladrando y alguna alarma de coche también sonando. Todo era bastante tétrico. El movimiento duró, al menos a mí me pareció, entre 10 y 15 segundos que se hicieron más largos de lo normal, pues sólo piensas en si caerá algo del techo. Me daba la sensación de que el movimiento era de aproximadamente unos 30 o 40 cm de lado a lado.

Emma salió inmediatamente a ver a su hermano y sobrinos. Todos estaban bien y no había pasado nada. Yo no salí ni de la cama, pues si hubiera caído algo del techo mejor no empezar a correr por la casa, en cualquier caso habría ido debajo de la mesa.

Hacia las 4 de la noche, después de leer todos los Whatsapp’s enviados por familiares y amigos y haber leído la información por Internet, volvimos a intentar dormir. A todos les resultó más fácil que a mí, pues yo hasta las 4:30h no me dormí y me desperté y levanté a las 6:30h.

Cuando me levanté, me preparé el café como todos los días y escribí este diario además de mirar correos y otros temas financieros. Había dormido poco y mal por lo que me costó un poco activarme, pero una vez me tomo el café ya está.

Los otros tardaron más en despertarse. No fue hasta las 10h cuando alguien se despertó.

Así estuve un rato hasta que fui hacia el patio donde estaba Chicho con quien quedamos para comer allí mismo la carne que nos había sobrado el día anterior. Así que empezamos a preparar el patio, la mesa y la barbacoa. Después empezamos a calentar la carne en el microondas de Emma, ​​pues estaba congelada, y Chicho la iba haciendo a la barbacoa tal y como ya hizo el día anterior.

Y así estuvimos, ya tomando cervezas, haciendo las carnes durante casi una hora cuando avisamos a los niños y Lola y fuimos todos a comer. Estábamos 8 en la mesa y era una comida normal…

Y al igual que el día anterior, volvimos a comer muy bueno. ¡De hecho comimos mucho cada uno y todavía sobró carne! Dos días comiendo esa carne y no nos la acabábamos. Todo esto, evidentemente, acompañado de muchas cervezas, buena compañía y buenas conversaciones.

Y a pesar de haber 4 niños, el mayor de 14 y el más pequeño de 6, se llevaban muy bien y de hecho era muy divertido está con ellos. Además, el mayor, ayudaba mucho a la mesa, llevando cosas y recogiendo, mientras que los más pequeños se llevaban realmente bien.

Una vez terminamos con las morcillas, morcillas, costillas, etc., los niños fueron a jugar por el patio y nosotros nos quedamos en la mesa después de recogerla un poco para empezar a beber.

Buena parte de la tarde la pasamos en el patio con Chicho, Lola y Emmanuel, aunque los otros niños también corrían por allí. Chicho sacó una botella de Mezcal que nos acabamos prácticamente entre ambos en esa misma tarde.

Cuando hacía poco que empezamos con Mezcal llegaron la hermana de Emma y el hijo de ésta, Chely, ya la que habían invitado pero que se le había hecho un poco tarde, de hecho venía a comer pero ya todos habíamos terminado. Chely era científica especializada en vainilla. Ayudaba a productores a realizar sus plantaciones más eficientes ya buscar los mejores tipos de vainilla.

Se sentaron con nosotros y comieron un poco de la mucha carne que aún quedaba. Por cierto, Chely comió muchísimo, de hecho ya lo había dicho que tenía mucha hambre. Yo era la primera vez que hablaba con Chely y estaba un poco a la expectativa porque me habían dicho muchas veces que Chely era algo especial. Si que lo era pero en aquella ocasión estuvimos hablando muy bien, de hecho casi todo el rato que estuvo allí la pasó hablando conmigo explicándome, cómo no, cosas sobre la vainilla. Yo la verdad es que siempre pongo mucha atención cuando me cuentan estas cosas y supongo que esto también hizo que ella se explayara más al ver tanto interés por mi parte, pues realmente me contó cosas muy interesantes. No es que yo tuviera un interés especial por la vainilla, sino que tengo un interés especial en todo lo que sean negocios o posibles inversiones que pueda realizar. De hecho, en una ocasión, sin conocerla aún, ya contactamos por Whatsapp para ofrecerme como inversor. Siempre que alguien que tenga algo que enseñarme está dispuesto a contármelo, yo siempre estoy muy atento. Esto lo notan y todavía me cuentan más. En este caso estaba interesado en el cultivo de la vainilla, pues era un producto con mas demanda que oferta.

Me explicó cómo debían ser los cultivos, que en Tuxtepec ya hacía demasiado calor por la vainilla, como la analizaba, donde tenía su museo particular, las clases que daba, etc. Cabe decir que Chely es una persona muy conocida, muy reputada y cobra muy bien por hacer lo que hace. Es más, a los pocos días se marchaba a Guatemala para asesorar a un productor. Incluso la llamaban desde Guatemala.

Cuando acabaron de comer ella y su hijo se fueron a casa pero quedamos para el día siguiente para que me enseñara su museo particular y me contara algunas cosas mas. Yo, evidentemente, encantado.

Una vez ya se habían ido, Lola entró un momento en casa de Emma y vio las galletas Sponch y le faltó tiempo cuando salió para decir si las podíamos sacar. Como come Lola y sobre todo galletas y mierdas de estas, no para.

A las 19:40h a Emma se le encendió alguna bombilla y recordó que a las 19h había quedado con dos amigas suyas de la escuela, una de las cuales era la directora, así que ya llegaba tarde. Corrió a cambiarse y arreglarse un poco y antes de las 20h ya se marchaba en taxi. De todas formas al parecer las otras dos también llegaban o habían llegado tarde.

Nos quedamos Chicho, Emmanuel y yo al principio y más tarde volvió Lola. Chicho sacó el whisky y tequila. Como primero sacó el tequila me tomé una copa. Pero cuando sacó el whisky ya pasé al whisky dejando el tequila que realmente me costaba mucho tragar y me gustaba mucho menos.

Estuvimos charlando primero de mi viaje, de por dónde había ido, qué me había gustado mas, los precios aproximados de cada país, las costumbres, los paisajes, etc. La verdad es que tanto Chicho como Emmanuel se interesaron bastante por mis vivencias antes de llegar a México. Les conté un poco lo mucho que me había gustado Tailandia y lo amable que era la gente, lo peculiar de Malasia siente un país musulmán pero a la vez muy occidental y lo caro de Hawái que para vivir un solo día te has de gastar $100.

Después Emmanuel sacó la guitarra y estuvimos cantando un rato mientras él tocaba. Al principio estuvo tocando canciones de cantantes que no conocía pero en un momento tocó una de Melendi y al decirle que le conocía y que incluso me gustaba un poco, él se quedó parado, pues también le gustaba mucho y según decía en México poca gente le conocía, por lo que encontrar a alguien que le conociera le hizo cierta ilusión y estuvo cantando un montón de canciones suyas. Y todo mientras Chicho iba bebiendo Mezcal y Tequila y yo Whisky. No tabique ya iba por la tercera copa.

Y así estuvimos hasta las 22:30h que llegó Emma y ya todos fuimos a casa.

Hacia las 23:30h fui a cenar más carne de la que había sobrado, embutido, tortillas y salsa picante. Luego en la habitación a mirar un rato Fargo y sobre las dos de la noche me quedé dormido en lo que había sido un día muy largo con experiencia única incluida y habiendo conocido una científica muy reputada que tenía muchas ganas de enseñarme su laboratorio.