18/08/2019 Vuelo cancelado, la última mojarra y de camino a Toronto

18/08/2019 Vuelo cancelado, la última mojarra y de camino a Toronto

Este día ya se marchaba de México para ir por primera vez a Canadá. Tenía que tomar dos vuelos, el primero de Veracruz en Ciudad de México y de allí en Toronto. El vuelo de Veracruz salía a las 21:10h, aunque hubieron bastantes problemas que más adelante contaré.

A Veracruz me acompañarían Xochitl, Aline y Emma en el coche de Xochitl. La intención era marchar sobre las 12 del mediodía, comer en Veracruz los 4 para después dejarme en el aeropuerto.

Me levanté a las 9h para intentar hacer algunas cosas antes de irme. Me tomé el café, escribí el periódico, acabé con las copias de seguridad pendientes, me duché y acabé de guardar las 4 cosas que me quedaban.

A las 12:30h llegaron Xochitl y Aline y ya fuimos hacia Veracruz. Después de un mes volvía a cargar y arrastrar la maleta. Volvía mi inseparable compañera de viaje, que por cierto, tenía las ruedas destrozadas de tantos kilómetros que llevaba.

Cabe decir que mi intención era ir hasta Veracruz con la compañía de autobuses ADO, que tenía ruta directa desde Tuxtepec y tardaba unas 3 horas en llegar. El ADO ya lo he cogido varias veces y siempre me ha dado muy buen servicio, por lo que ir en bus hasta el aeropuerto para mí no era ningún problema, todo lo contrario.

Pocos minutos después de haber salido paramos a poner gasolina. Sólo la gasolina ya fueron 500 pesos que pagamos a medias Emma y yo, por lo que el trayecto ya me estaba saliendo más caro que yendo con el ADO que eran entre 150 y 200 pesos. De todas formas el hecho de ir en coche y no en ADO me salvó, muy probablemente, de quedarme en México y no llegar a Canadá. Más adelante ya verme por qué.

El trayecto de hasta Veracruz fue de unas dos horas y media pero pasó bastante rápido, pues estuvimos hablando todo el rato, sobre todo Xochitl y Emma que hablan mucho… Además los paisajes que te encuentras por el camino son espectaculares con un aire de selva tropical al que los europeos no estamos acostumbrados. Primero cruzábamos el enorme río Papaloapan que rodea Tuxtepec y que hace de frontera entre Oaxaca y Veracruz para después seguir por la carretera que nos llevaría directamente hasta Veracruz.

Por el camino, entre otras muchas cosas, Xochitl me preguntó por ETA y por la monarquía, dos temas de los que me han preguntado mucho en mi estancia en México. En cuanto a ETA me dio la sensación de que la única información que les llega es la que dan por TVE, pues todavía hablaban de ello como si esta banda terrorista todavía fuera activa, cuando ya hace años que no existe, y esto se debe seguramente a que al Gobierno español le ha interesado siempre hacer ver que ETA existe y es un peligro para la unidad de España.

Y sobre la monarquía supongo que me preguntaban tan justamente por ser una monarquía, algo que en América no existe y les parecerá muy extraño, algo en lo que todos coincidíamos al 100%, pues no hay nada más extraño que un Rey en pleno siglo XXI. Ellos como yo, consideraban que no tenía sentido, parecía de la edad medieval, costaba una pasta y que es una institución absolutamente antidemocrática.

Xochitl y Emma hablaban sobre todo de la situación del sector educativo, pues ambas son maestros y la verdad es que su situación no es demasiado buena, con muchas plazas vacantes sin cubrir por falta de dinero y trabajadores cobrando menos de lo que les tocaría por el cargo que ocupan. De hecho, desde la primera vez que visitaba México ya hacía 3 años, que siempre me topaba con alguna manifestación, corte o protesta del sector educativo.

Hacia las 15:30h llegábamos a Veracruz aunque estuvimos dando vueltas media hora buscando un restaurante. Finalmente aparcamos en el malecón, junto al puerto y uno de los sitios más turísticos de la ciudad, y fuimos caminando pocos metros hasta llegar a una calle donde había 3 o 4 restaurantes de carnes y mariscos. No tenía pinta de barato pero teniendo en cuenta la zona donde estábamos y que éste era mi última comida en México, pues ya me estaba bien.

Cuando todavía estábamos a 5 metros de los restaurantes ya se nos acercaron los comerciales de todos los restaurantes como desesperados para que entráramos en el restaurante correspondiente, algo que me enfada enormemente, por lo que yo dejé claro que no decidiría a cuál ir simplemente porque aquellos 4 pesados no me dijeran nada. Y funcionó, pues no se me dirigieron en ningún momento.

Finalmente entramos en uno de esos y pedimos la carta aunque yo era el único que tenía bastante hambre ya que no había comido nada todavía a diferencia de ellas que ya habían comido durante el camino. Por lo que ellas se pidieron cócteles de gambas y yo una mojarra, la segunda y última que comía este año.

El restaurante no era demasiado grande y estaba vacío, quizás por la hora o por el precio, pero en cualquier caso completamente vacío y con un camarero, que parecía el propietario, muy pesado y todo el rato junto a la mesa para pedirle todo lo que quisiéramos, algo que no sólo me molesta a mí sino también a ellas, pues no tardaron demasiado en decirle que ya le avisaríamos si queríamos cualquier cosa. Le dijeron muy amablemente pero fue lo suficientemente listo como para darse cuenta de que le estábamos diciendo que molestaba.

Los cócteles tardaron en llegar pero aún fue un tiempo aceptable, pero en cambio con la mojarra tardaron casi media hora. Estaba buena pero no tan como la de los Jarrochitos de Tuxtepec, incluso ésta parecía un poco más pequeña pero sobre todo la carne no era tan contundente. De todas formas estaba buena, pues las mojarras de por sí siempre lo están. Eso sí, el tostado estaba muy bien hecho y esto en las mojarras es más importante de lo que parece.

Mientras comíamos estuvimos hablando de lo que haría durante los pocos días que me quedaban de viaje, que sería visitar Toronto, las cataratas del Niágara y Dublin. Salió el tema de que a Toronto iría con la aerolínea Interjet. Entonces Aline comentó que últimamente esta compañía estaba cancelando muchos vuelos y que mucha gente ya no se fiaba de reservar con ella ya que daba la sensación de que en cualquier día se declararían en bancarrota cancelando todos los vuelos y quedando- con el dinero de las reservas. En ese momento le dimos una importancia relativa pero más tarde tomaría un sentido totalmente inesperado.

Hacia las 17:30h acabábamos de comer, sobre todo yo que era quien más comí. Por ese mismo motivo pagué los 460 pesos de cuenta por los 4, unos 20€, que teniendo en cuenta todo lo que era y sobre todo en qué zona era, salió mucho más barato de lo que me esperaba. A continuación ya fuimos directamente al coche para ir hacia el aeropuerto que no queda demasiado alejado de la ciudad y al que llegamos sin problemas sobre las 18h, 3 horas antes de la salida del vuelo. Aparcamos el coche en el parking, después de ciertos problemas de Xochitl para entrar, para poder despedirnos con más tiempo y tranquilidad.

El aeropuerto no parecía demasiado grande y en ese momento había pocos pasajeros. Entramos en la terminal y buscamos la zona de salidas mientras empezábamos a despedirnos. En ese momento, frente a las escaleras que subían al piso de arriba donde estaban las puertas de embarque y de cara a la pantalla con la información de los vuelos programados, le dije: «A mira, ¿buscamos mi vuelo?» Y suerte que lo dije, porque lo buscamos y no aparecía. Mi vuelo estaba programado para las 21:10h y aunque todavía eran las 18h, ya aparecían los 5 o 6 vuelos que había programados para el resto de ese día, hasta casi las 23h. Me quedé de piedra aunque de momento sin demasiada preocupación, pues pensaba que o no lo estábamos mirando bien o que todavía no se sabía a qué hora saldría. De todas formas era todo muy raro y era la primera vez que no veía mi vuelo en pantalla mientras ya había posteriores.

En la pantalla, sin embargo, aparecía un vuelo de Interjet con destino a Ciudad de México programado para las 17h aunque ya eran las 18h. La compañía y el destino eran las mismas que las de mi vuelo. Evidentemente el vuelo no era el mismo porque el mío era a las 21:10h. Aunque según esta previsión, este vuelo debería haber salido hacía una hora, pues ya eran las 18h, según ponía en la pantalla todavía estaban embarcando. Poco a poco nos fuimos preocupando, pues fuimos al mostrador de Interjet y no había nadie. Intenté hacer el check-in en las máquinas y me decía que el número de reserva era incorrecto. Parecía que mi reserva no existía y que el supuesto quiere que había reservado tampoco, incluso empezaba a pensar ya en una posible estafa. Pero entonces recordé lo que había dicho Aline al almuerzo. O estafa o vuelo cancelado, la cosa tenía muy mala pinta.

Aline miró a la web de Interjet y vio que no había ningún vuelo programado para las 21:10h. Cada vez me estaba preocupando mas, pues mi destino final no era Ciudad de México sino Toronto, por lo que tenía que llegar para poder realizar el transbordo. Subí arriba donde estaban las oficinas y aunque la de Interjet estaba abierta, no había nadie. Había maletas, ordenadores y un montón de cosas y objetos personales pero absolutamente ninguna persona…

Yo ya estaba pensado en qué hacer si finalmente no cogía ningún vuelo y me quedaba en Veracruz. Ya no sabía si es que Budgetair me había estafado o que había habido algún error, en cualquier caso ya estaba considerando no ir a Canadá dependiendo de cuando fuera el vuelo, pues allí sólo estaría dos noches. Aún así estaba muy indeciso y todo dependía de si había sido un vuelo cancelado o una estafa, pues si fuera la primera opción debería adaptarme a la posible solución de la compañía que quizá pasaría por salir al día siguiente, perdiendo así uno de los sólo dos días que tenía por estar en Toronto.

Cuando todavía estaba arriba mirando en la oficina, Emma me llamó desde abajo diciéndome que había una chica en el mostrador de Interjet. Bajé corriendo y fui a hablar con ella. Le dije que tenía un vuelo a las 21:10h, me pidió el pasaporte y mientras miraba me dijo que ese vuelo se había cancelado. Bueno, al menos era la mejor de las dos opciones, pues no era una estafa sino una cancelación y por tanto la aerolínea debería darme una solución, aunque evidentemente, podía pasar por tener que quedarme a dormir esa noche en Veracruz y por tanto ya no poder tomar el vuelo que tenía ese mismo día hacia Toronto.

Pero de forma totalmente inesperada la chica me dijo lo que ya había visto antes en la pantalla de salidas, que había un vuelo a Ciudad de México que debería haber salido a las 17h pero que iba retrasado y que todavía estaban embarcando. Yo ya no confiaba demasiado en ese vuelo antes de que me lo dijera porque ya hacía rato que estaba en el suelo y estaba programado para las 17h siendo ya en ese momento las 18:15h, por lo que pensaba que en aquel tiempo que habíamos estado allí ya habría sido suficiente para terminar el embarque y despegar lo más rápido posible. Pero cuando me lo dijo se abrieron mis ojos como platos, pues pasé de pensar que me quedaba sin ver las cataratas del Niágara a pensar que todo acabaría bien. Le pregunté si el de Toronto se había cancelado, me dijo que no, le pregunté si el vuelo me esperaría, me dijo que si mientras me daba la tarjeta de embarque y me decía que ya podía subir . No podía creerme la suerte que acababa de tener dentro de la mala suerte. La conversación con esa chica no duró ni 3 minutos y me solucionó la situación dándome ya la tarjeta de embarque. Si hubiera llegado al aeropuerto 20 minutos más tarde ya no habría podido tomar ese vuelo y entonces sí que no sé qué habría tenido que hacer ni si hubiera podido llegar a Toronto. Así pues, tuve que despedirme rápidamente de todas 3 como no quería haber tenido hecho y corrí hacia el control de seguridad. Habíamos venido con tiempo para poder despedirnos con tranquilidad y al final tocó correr.

Así pues, subí aquellas escaleras automáticas que teníamos delante desde hacía rato mirando atrás durante los pocos segundos que pude para ver cómo me alejaba de todas 3 que hacían una cara más o menos como la mía debido a la rapidez de los eventos y que todavía estábamos todos un poco estupefactos. Al llegar arriba ya se veía el control de seguridad donde por suerte no había nadie en la cola, absolutamente nadie, por lo que le pasé muy rápido, de hecho creo que incluso los del control sabían que en el avión me estaban esperando y apenas me dijeron nada, sólo que ocurriera. Fui corriendo hacia la puerta A2 mientras escuchaba por megafonía literalmente: «Último aviso para los pasajeros del vuelo de Interjet para Ciudad de México». Corrí aún más hasta que vi la puerta, sin nadie en la cola pero la puerta todavía abierta. Enseñé la tarjeta de embarque y entré.

Conforme iba avanzando detrás de mí iban cerrando las puertas. Quedaba claro que me estaban esperando. Cuando entré en el avión ya estaba todo el mundo sentado excepto dos o tres personas. Además las que estaban sentadas ponían cara de puerta allí dentro un buen rato. Mientras guardaba la maleta vi que cerraban también la puerta del avión. Literalmente me estaban esperando y fui el último en entrar. Me senté en la fila 2A, muy cerca de la salida y con ventanilla, de puta madre, encima un buen sitio. Y al cabo de literalmente 2 minutos de estar sentado el avión arrancó. Me había ido por los pelos, ni me lo creía todavía. Apenas eran las 18:19h por lo que todo lo había hecho todo en unos 3 minutos, pues a las 18:15h apenas empezaba a hablar con la chica del mostrador. ¡Increíble!

Cuando me disponía a poner el móvil en modo avión vi que me había llamado Emma hacía 1 minuto. Yo ya no tenía saldo por lo que no pude devolverle la llamada ni tenía conexión wifi, así que me esperé un minuto por si volvía a llamar pero ya no, así que lo puse en modo avión. Me hubiera gustado confirmarle que había podido entrar en el avión para que no esperaran a ver si había subido o no y que se marcharan ya, supongo que eso era lo que ella quería confirmar. De todas formas supongo que la chica del mostrador se lo podría confirmar o al menos al ver que yo no bajaba de nuevo.

Por lo demás todo perfecto. En ventanilla e incluso nos dieron una bolsa pequeña de Doritos y para mí un café aunque el vuelo duraba sólo una hora. Hora que me pasó rapidísima acostumbrado como estaba a tantos vuelos de más de 8 horas que llevaba en la espalda sólo en este viaje.

Al llegar al aeropuerto de Ciudad de México lo primero que hice fue avisar a Emma de que ya había llegado, algo que le agradecí y ella se alegró mucho y después fui a buscar el mostrador de Interjet por preguntar sobre el vuelo a Toronto que tenía a las 12:30 de la noche. Mientras iba, pues estaba lejísimo, Emma me dijo que Aline ya había visto que el vuelo aparecía en la web de Interjet, pues antes éste tampoco aparecía, por lo que me quedé un poco más tranquilo.

Al cabo de casi 10 minutos andando por esa terminal enorme y de equivocarme y preguntar primero a los mostradores de vuelos nacionales, llegué al mostrador de vuelos internacionales y donde efectivamente me confirmaron que el vuelo no se había cancelado y que podría realizar el check-in a partir de las 21h. Eran las 19:30h por lo que tenía mucho tiempo. De hecho debería haber llegado aquí a las 22h pasadas.

Compré un capuchino enorme al 7-elevan por 21,50 pesos, menos de 1€, y me lo tomé sentado conectado a una red wifi y mientras miraba correos y hablaba después con Emma. Ambos estábamos ya muy tranquilos después de los nervios o incertidumbres que acabábamos de pasar, incluso ella más que yo. La verdad es que todo había sido algo caótico y el despido como no quisiéramos, pero ambos coincidíamos en la suerte que había tenido. Si hubiera ido al aeropuerto en ADO como era mi intención, probablemente no habría llegado tan pronto al aeropuerto de Veracruz y por tanto no habría podido tomar el vuelo que finalmente cogí. El hecho de llegar 3 horas y media antes y que el vuelo de las 17h se retrasara me salvó, por lo que Xochitl y su coche fueron muy importantes. Si no hubiera podido tomar este vuelo de las 17h realmente creo que me habría quedado a dormir en Veracruz y habría peligrado mucho la visita a las cataratas del Niágara. De hecho, Emma puso el altavoz, pues estaba con Xochitl y Aline, y les di las gracias por todo. Y ella muy contenta de haber podido ser útil en la que finalmente pudiera llegar a Toronto tal y como tenía planeado.

Colgamos, pues estaba con ellas comiendo y yo hice tiempo conectado al WIFI hasta las 21:30h que volví al mostrador a hacer el check-in. Ya había mucha cola por lo que estuve unos 15 minutos esperando hasta llegar al mostrador. Me confirmaron que el vuelo salía, pues yo lo preguntaba siempre que podía porque ya no me fiaba de esa gente. Me pidieron la eTA de Canadá y la tarjeta de inmigración de México y me dieron la tarjeta de embarque. Ya lo tenía todo hecho hasta las 23h que iría hacia el control de seguridad.

Hablamos un rato más con Emma cuando ya estaba sola hasta hacia las 23h que fui a fumar para después ir ya hacia el control de seguridad. Éste también fue muy rápido, pues extrañamente apenas había cola y ya últimamente nunca me paraban, supongo que porque sacaba de la maleta todo lo que podía ser sospechoso, así que antes de las 23:30h ya estaba en la puerta de embarque, pues a diferencia del año anterior, esta vez ya me conocía más aquella zona y ya sabía que no tenía que pasar ningún otro control que me sellara la tarjeta de inmigración. El año anterior me pasé media hora preguntando a todo trabajador del aeropuerto sobre si debían sellarme la tarjeta de inmigración ya que hacía 2 años era obligatorio. Desde hacía un año ya no lo era.

Pero ahí tuve que esperar casi una hora porque hasta las 12:15h de la noche pasadas no empezamos a embarcar. Evidentemente el vuelo salió con casi una hora de retraso, pues estaba previsto para las 12:15h, pero después de la cancelación anterior esto ya no me importaba nada, lo importante era que saliera y llegara a Toronto. De hecho casi mejor porque si hubiera salido a la hora habría llegado a Toronto de madrugada.

Además, esta vez también tuve la suerte de estar en la ventana, pues quería hacer un video sobre el hecho de dejar México y además tampoco había nadie en medio, por lo que nadie estaba al lado. Mejor imposible.

Yo quería dormir todo lo posible ya que en Toronto llegaríamos sobre las 8 de la mañana y ya no quería tener sueño, por lo que cuando ya había pasado una hora, viendo que no llevaban comida, me comí una de las bolsas de Doritos . Pero al cabo de 10 minutos, pasaron a repartir una bolsa pequeña de patatas, un sándwich y una bebida. Evidentemente lo pedí todo y después ya a dormir. Tenía bastante sueño porque llevaba 3 días durmiendo muy raro y poco y caminando mucho, por lo que a diferencia de lo que es habitual para mí en un avión, pude dormir bastante rato. De las 4 horas y media que duró el vuelo, al menos dormí 3. De hecho me despertó durante el aterrizaje, y lástima, porque quisiera haber hecho fotos del momento de acercarnos a Toronto. Al menos hice durante el despegue y más cuando era de noche, que siempre quedan mejor las fotos con toda la ciudad iluminada.

Y así llegaba uno de esos días que más bien parece que sea un día doble, pues dormir en el avión, sin cambiarse, sin casi dormir, sin ducharse y sin un buen café, es casi como no empezar un nuevo día.

Todo ello había sido algo trepidante, incierto e incluso un punto estresante, pero finalmente estaba a punto de poner los pies en Canadá cuando hacía menos de 12 horas parecía imposible. Había podido llegar a la penúltima parada de la vuelta al mundo acortando un poco más el camino hasta Barcelona. Ésta sería una parada corta pero muy interesante, pudiendo visitar una de las ciudades más diversas y tolerantes del mundo y las cataratas más famosas, las del Niágara. Eso sí, primero tocaba llegar a la habitación que tenía reservada.

15/08/2019 A la Estampida, uno de los mejores restaurantes de Tuxtepec

15/08/2019 A la Estampida, uno de los mejores restaurantes de Tuxtepec

Este día nos despertamos casi a la misma hora y de hecho bastante tarde, casi a las 11, pues el día anterior habíamos ido a dormir todos a las 3 de la madrugada. A diferencia de otros días, éste sí que recordaba bastante lo que había soñado, y fue un sueño extraño, como si estuviera en una mezcla de Edimburgo, Noruega y Toronto, supongo que porque al cabo de 4 días ya se marchaba hacia Toronto para seguir y acabar con la vuelta al mundo iniciada casi 3 meses antes.

Y como cada mañana me preparé el café, escribí este diario, miré correos, noticias, finanzas, etc. Después hablamos de dónde podríamos ir a comer aunque ya teníamos medio claro que estaría en la Estampida, un restaurante bastante caro pero con platos muy elaborados, completos y realmente buenos. De todas formas era caro en comparación con otros restaurantes mexicanos, pero comparado con un restaurante del centro de Barcelona, ​​todavía resultaba bastante barato.

Después me repasé un poco el pelo con la máquina que siempre llevo en los viajes, señal de que ya cada vez me quedaban menos días en Tuxtepec. Mientras me tomaba un segundo café decidimos ir a comer a la Estampida hacia las 16h para coger más hambre ya que allí hay que ir con mucha hambre para poder disfrutar bien de toda la comida. Mejor no dejar nada en el plato.

Hacia las 15:30h fuimos hacia la Estampida pero pasando antes por una obra cercana ya que Emma quería hablar con el jefe de obra para que le hiciera un presupuesto para los apartamentos que quería hacer en el piso de arriba de su casa.

Hasta la obra fuimos andando. El calor era insoportable, de hecho me parecía el día más caluroso desde que estaba en Tuxtepec, que ya es decir. En unos 5 minutos llegamos, entramos y hablamos con el jefe de obra. Todos los albañiles, unos 6 o 7, se nos quedaron mirando e incluso escuchando, pues era Emma la que hablaba y supongo que les extrañaba un poco. Le explicó un poco lo que quería y quedaron para el sábado, dos días después hacia las 15:30h para que fuera y le hiciera un presupuesto. Nos despedimos y tomamos un taxi para ir a la Estampida donde llegamos hacia las 16h, tal y como teníamos previsto.

Al contrario de lo que pensaba, estaba bastante lleno. Además, si que era el restaurante que yo le decía a Emma desde hacía días pero que pensaba que estaba cerca de su casa, pero no, estaba muy lejos, realmente estaba equivocado en cuanto a su ubicación.

Yo pedí chicharrón de queso con huacamole de entrada y ambos Arrachera Tampiqueña como plato principal, que era un bistec de ternera con salsa de frijoles, huacamole, patatas fritas y plátano frito. El plato costaba casi 200 pesos, unos 9€ pero estaba realmente bueno y llevaba comida casi para dos. La carne estaba muy bien hecha, muy tierna y muy sabrosa, de hecho la mejor que había comido nunca en México y con mucho tiempo en general.

El chicharrón de queso también estaba buenísimo y era la primera vez que lo probaba, pues ya había comido chicharrón antes pero no de queso. Éste era uno de esos almuerzos que disfrutas mucho y que recuerdas aún más.

Emma no acabó todo el bistec pero yo si me acabé todo lo mío. Todo ello era bastante cantidad pero estaba todo tan bueno que no tuve ningún problema en comérmelo todo. Eso sí, la factura final fue de casi 500 pesos, unos 23€ entre ambos. Un precio caro por ser México pero que no dejaba de ser el precio de un menú normal en Barcelona, y esta comida normal no tuvo nada.

Pagamos y nos marchamos. Antes de tomar un taxi fuimos a un Oxxo que estaba a pocos metros del restaurante a comprar ya el tabaco que necesitaría para el resto de días que me quedaban de viaje que sólo serían unos 10 más. Más valía comprar aquí el tabaco que en Canadá o Irlanda. Después ya cogimos un taxi que compartimos con otra mujer que había por ahí y fuimos a casa donde llegamos hacia las 17h. Enseguida me estiré mientras miraba a Ozark pero no tardé ni 10 minutos en quedarme completamente dormido.

Yo me desperté casi a las 20h, pues casi siempre duermo al menos dos horas y media. Miré el portátil y vi que la conexión fallaba. Ya supuse que sería porque Emma no había pagado y ya le habían cortado. Siempre tarda unos días en pagar, pues la factura no va domiciliada sino que debe pagarse por teléfono o no sé cómo, en cualquier caso es un merdé.

Después ella vino y me lo confirmó. Así que fue a casa de Chicho, tomó una foto en el router y nos conectamos a su red. El problema era que no llegaba a todas partes de la casa por lo que no podíamos ver la TV y el portátil no conseguía conectarse, sólo el móvil.

De todas formas yo ya casi que había hecho todo lo que tenía que hacer que requiriese de conexión a Internet por lo que aproveché para escribir el diario más rato de lo normal y así avanzar un poco más. Y así estuve hasta casi las 23h que fui a charlar un rato, pues la TV no podíamos verla.

Aunque ya hacía 10 horas que habíamos comido, lo cierto es que habíamos comido mucho e incluso yo todavía no tenía hambre. Esperé hasta casi las 3 de la madrugada para levantarme de nuevo e ir a cenar. Es curioso pero si no ceno me cuesta mucho dormir.

Comí un bote de pasta deshidratada y la carne que Emma no había terminado en la Estampida. Y después ya si que fui a dormir, pues ya eran las 3:30 h. Éste había sido un día tranquilo y de descanso pero ya respirándose un cierto ambiente de despido, pues ir a la Estampida era una de las cosas que quería hacer antes de marcharse y que hicimos ese día porque ya quedaban muy pocos para dejar México. Los días pasaban volando y yo estaba cada día algo más triste al ver el día del despido más cerca.

09/08/2019 Cena en casa de Chicho con cervezas, whiskys y nuevos amigos

09/08/2019 Cena en casa de Chicho con cervezas, whiskys y nuevos amigos

Me desperté sobre las 9 de la mañana. Este día en principio no teníamos nada planeado, por lo que ya veríamos qué pasaría durante el día, pues, sobre todo en agosto, casi cada día acabábamos haciendo algo aunque fuera a comer fuera oa casa de Chicho.

Como cada mañana me tomé el café mientras escribía este diario, leía noticias y miraba correos mientras el resto se iba despertando poco a poco.

Poco antes de comer fui hasta la tienda de agua que hay a unos 3 minutos andando de casa para llenar la botella de 20L. Una vez llena, el camino de regreso ya no se hace en 3 minutos sino en 10 y haciendo al menos una parada. Menos mal que estaba lo suficientemente cerca.

Hacia las 14h Emma preparó el almuerzo, que ese día sería carne con cebolla, tortillas y nachos, y todo, como siempre, con salsa de huacamole picante. Pero sólo yo, porque a Emma no le gusta el picante pese a ser mexicana…

Después de comer fui a comprar unos helados en los abarrotes de la esquina y unos panes dulces en la pastelería de al lado que me comí en la cama mientras miraba a Netflix. Estos pequeños placeres tan baratos de la vida son indescriptibles. Y después, como siempre, me quedé dormido durante más de dos horas.

Cuando me levanté me tomé un café mientras escribía el periódico otra vez. Hacia las 19h salí al patio cuando justamente venían Chicho, Lola y dos amigos de Chicho. Al vernos nos dijo si queríamos ir a su casa, algo que hicimos. Así que me duché, me vestí y hacia casa de Chicho.

Solo llegar ya nos dio una cerveza. Los amigos eran conocidos de la secundaria aunque no lo terminé de entender ya que después supe que la chica era del 85 y Chicho del 78. En cualquier caso se veían buena gente y simpáticos. Tenían una niña pequeña de ni siquiera un año.

Sentamos todos en la mesa, Chicho sacó una botana, que es un plato con queso, jamón ya veces chile, y más cervezas, muchas cervezas. Me preguntaron de dónde estaba, sobre el viaje, etc. El chico me preguntó sobre el Barça e incluso sobre Catalunya y el hecho de que nosotros hablábamos catalán. Se le veía más tímido que la chica pero más interesado en saber más cosas, por lo que me hizo varias preguntas que evidentemente yo estuve encantado de responder y contar. Siempre es muy agradable responder a alguien que tiene tanto interés en saber de dónde vienes, que has hecho y cuáles son tus costumbres. Y, de hecho, el chico ya sabía los problemas que había entre Catalunya y Madrid, que el español no era la lengua originaria de Catalunya y otras cosas relacionadas con la cultura catalana que me sorprendió bastante que supiera. Por lo general había más conocimiento de lo que pensaba sobre la situación en España.

Y así estuvimos charlando, comiendo y sobre todo bebiendo hasta sobre las 12 de la noche. Al menos nos vimos 6 o 7 cervezas cada uno. Chicho iba sacando sin ningún control cada vez que veía que alguien ya le quedaba poca, cosa que encima me obligaba a acelerar el ritmo ya que al final tenía cervezas ya abiertas esperando sobre la mesa. La verdad es que todos eran muy buena gente y divertidos y pasamos un rato muy agradable y divertido.

Hacia las 12 de la noche, Emma ya se estaba durmiendo pero no sé porque no quería decir ella de irse, por lo que me dijo a mí que yo dijera que ya nos íbamos. A pesar de no saber por qué, lo dije. En ese momento acababan de poner el karaoke habiendo cantado dos canciones, pero cuando ya me levantaba para decir que nos marchábamos empezó a sonar una canción que a Emma le gustaba mucho y que tenía que cantar Lola y me dijo que nos esperábamos a que terminara. Grave error, pues Chicho aprovechó aquella pausa en la que estábamos distraídos con la canción para ponerme un whisky triple, y solo, porque ya sabe que así me gustan a mí. Emma estaba medio despistada con el karaoke pero en un momento se giró al ver movimiento y fue cuando vio vio y el whisky y cuando se quedó con una cara que le tuve que decir que en el fondo era culpa suya, pues ya estábamos marchando cuando ella dijo quedarse unos minutos más. Resignada nos quedamos. Yo la verdad es que todavía no tenía demasiadas ganas de marcharme, por lo que tampoco me esforzaba demasiado. Y así seguimos bebiendo y cantando.

Eso sí, el whisky intenté vermelo un poco rápido aunque me lo pasé muy bien este rato de más igual que durante toda la tarde. A mí en el karaoke no es que me haga demasiada gracia cantar pero hay que decir que es muy divertido tan cantar como escuchar a los demás cantar.

Al cabo de unos 30 minutos más me terminé el whisky y ya si que nos levantamos para marcharme, pero ya levantándonos mientras decíamos que nos marchábamos. Entre todos nos dijeron que nos quedáramos un rato mas y entonces Emma me dio unas palmaditas en la espalda como diciéndome, dime que no, golpecitos que evidentemente todo el mundo vio y que hizo que todos llamaran a la vez : «Mira cómo es ella la que quiere irse!!!» Fue realmente muy gracioso y Emma no podía disimularlo. Con esto me fue más fácil insistir en que ya íbamos y así lo hicimos.

Lo bueno de ir a casa Chicho es que al salir ya estábamos en el patio de casa. Fui a casa primero a estirarme un rato, pues a mí ya me estaba afectando tanta cerveza y tanto whisky. Todo esto me había subido bastante.

Después de descansar un rato mientras miraba a Netflix, fui a comer algo antes de acostarse. Comí la carne con cebolla y tortillas que había sobrado de la comida y sin tardar demasiado, pues ya tenía incluso dolor de cabeza, volví a la habitación. Finalmente eran las dos pasadas cuando me quedaba dormido.

Eso sí, antes grabé la cantinela que todavía tenían los vecinos y que se prolongó hasta altas horas de la madrugada.

04/08/2019 A la Plaza Municipal

04/08/2019 A la Plaza Municipal

Me desperté sobre las 7h ya que el día anterior fuimos a dormir relativamente pronto. Como siempre, yo me despertaba antes que Emma, pues una vez he dormido 7 u 8 horas, a menos que esté muy cansado por algo, me cuesta mucho hacer perezas en la cama. Prefiero levantarme e ir a tomar un café mientras leo noticias o miro correos. Así que procurando no hacer demasiado ruido empecé con el café y el periódico. De todas formas Emma podía medio despertarse por el ruido pero enseguida volvía a quedarse dormida, realmente no era problema para ella que yo me levantara antes.

Cuando me acabé el café volví un rato a la cama para estar con Emma mientras se iba despertando y me contaba, como tanto le gustaba hacer, lo que había soñado.

Al cabo de media hora nos levantamos los dos, Emma a hacer cosas por la casa y yo a tomar un segundo café mientras miraba temas de finanzas y otras cosas pendientes.

A las 10h Emma se preparó un «tamal» que es como trigo triturado mezclado con carne y todo ello hecho al vapor. No está tan malo como parece a simple vista aunque a mí no es la comida que más me gusta de México. De hecho hasta ese día no lo probé, pero cuando Emma me contó exactamente cómo estaban hechos, pensé que quizás no estaría tan malo y también me comí uno. Así que por primera vez desde que estaba en México almorcé y además un tamal. Y la verdad es que estaba lo suficientemente bueno, sobre todo porque el mío era de carne, pues algunos no lo llevan, por lo que al menos no era todo trigo y verduras mezcladas.

Y a las 11h ya habíamos terminado de desayunar. Queríamos esperar despiertos hasta la hora de comer, sobre las 15h, pero no lo conseguimos, sobre todo yo, que como cada día hice una siesta de casi 3 horas. Emma no tanto, pues estuvo en casa de su hermano un rato, pero yo hasta casi las 15h no volví a levantarme. Mi cuerpo estaba tan acostumbrado a sólo comer y cenar, que si desayunaba, para él era como un almuerzo y ya me venía el sueño de siesta, era inevitable. La única manera sería desayunar reciente salvo, pero es que reciente levadura no me entra ni el café, de hecho me lo tomo cuando llevo casi una hora despierto.

Así que a las 15h me preparé otro café mientras seguía escribiendo el diario y leía noticias. Emma y yo decidimos salir a dar una vuelta pero a partir de las 19h, pues antes era imposible ir a pasear a ninguna parte por el calor insoportable. Ya sé que en muchos lugares hace mucho calor, pero es que allí es muy exagerado, y junto a la humedad extrema hace que no pares de sudar, por lo que ir a dar una vuelta se hace realmente pesado. Pero a partir de las 19h el sol empieza a no picar tanto y al menos puedes andar unos metros sin acabar sudando como un pollo.

Así que hacia las 18h empezamos a prepararnos ya las 19h íbamos a buscar el urbano para ir hacia la Plaza Municipal, plaza donde está el ayuntamiento de Tuxtepec, tiendas, espectáculos, música, etc. Seguíamos sin dinero, al menos yo en efectivo, por lo que tocó ir de nuevo con el urbano y gastar poco a menos que pudiéramos pagar con tarjeta, algo complicado en México.

A Emma no le gustaba nada ir con el urbano y en parte tenía razón, pues las escaleras para subir son enormes y hay que dar unos pasos de gigante. Ademas para poco rato por lo que hay que bajar rápido casi teniendo que dar un salto para llegar al suelo. Y todo ello con una conducción demasiado brusca. De hecho llegas al destino ya medio cansado.

Hacia las 19h llegamos a la Plaza Municipal y dimos una primera vuelta por todo el perímetro para ver todas las tiendecitas que había, la mayoría de comida típica mexicana y oaxaqueña. Nos detuvimos en el típico cartel con el nombre de la ciudad donde la gente se hace fotos, a hacerme yo, una foto… Éste no dejaba de ser uno de los símbolos del derroche del anterior alcalde haciendo cosas como ésta en una ciudad que de turística no tiene nada.

Una vez dada toda la vuelta fuimos a un Oxxo en la misma plaza para comprar unos helados. Y fuimos al Oxxo a comprar los helados porque se podía pagar con tarjeta, por lo que a falta de efectivo hay que ir a sitios como éste.

Volvimos a la Plaza donde en ese momento había un grupo de unas 6 personas sobre un escenario dando clases de zumba a todo el mundo que quería, y de hecho había al menos 100 personas siguiéndoles. Nos sentamos cerca y comimos el helado mientras mirábamos los zumberos y nos hacíamos unos selfies, yo haciendo la gracia de hacer el selfie casi encima de la cabeza imitando a Emma que los hacía con el móvil muy arriba, como de hecho, la mayoría de chicas.

Hacia las 20h el sol ya empezaba a esconderse y justamente llegaron los rayos. Era una época de lluvias aunque últimamente era demasiado, pues llevábamos varios días en que llovía cada tarde, y ésta no sería la excepción aunque de momento sólo eran rayos y todavía se veían bastante lejos.

La plaza es grande y estaba llena de gente, parejas y familias paseando, jugando o yendo con los típicos pequeños coches eléctricos. La verdad es que estaba bien y había mucha animación.

Mientras estábamos allí sentados, una mujer mayor vendedora ambulante se puso a nuestro lado y parecía que cada vez se acercaba mas e incluso parecía escuchar lo que decíamos. De hecho en un momento determinado se puso a un palmo de mi cara mirándome fijamente, fue entonces cuando decidimos cambiar de sitio porque no sabíamos si esa mujer estaba del todo bien, a priori no lo parecía. En cualquier caso se la veía tan mal que incluso preocupaba.

Además los rayos también ya estaban más cerca y a mí eso sí que me da mucho mal rollo, por lo que decidimos marcharme a casa antes de que todo fuera a peor.

Para volver intentamos tomar un taxi ya que parecía que tenía que empezar a llover en cualquier momento, pero sólo teníamos 200 pesos en efectivo, importe que pocos taxistas están dispuestos a cambiar, además en ese momento justamente no pasaba ningún taxi , así que mientras lo buscábamos fuimos andando fina la parada del urbano, donde por cierto, había un montón de gente. Por suerte al poco rato pasó uno. 16 pesos si que teníamos para pagarlo, lo que no teníamos eran 25 del taxi, así que la vuelta la volvimos a hacer con el urbano donde por suerte pudimos sentarnos, ya que en pocas paradas ya había un montón de gente de pie, e ir de pie en aquellos urbanos es todo un suplicio.

Imatge

Al cabo de unos 20 minutos llegábamos a la parada en la esquina de casa de Emma. Eran casi las 21h y aunque todavía se veían rayos, al menos no llovía.

Gobierno de Tuxtepec inaugura “Fuente Danzante” en el parque “Juárez” –  Inicio

Hacia las 21:30h Emma preparó los espaguetis que había ido a comprar yo a la tienda de la esquina junto a una crema que allí siempre le ponen. La crema era la mas barata que encontré algo que Emma ya me recordó al preguntar porqué había comprado aquella, pues según ella no era tan buena. A lo que yo le respondí que no sabía si no era tan buena pero que si sabía que era más barata. En cualquier caso, con crema buena o no, a Emma le quedaban muy buenos los espaguetis y ya sabía perfectamente cómo me gustaban a mí.

Y a las 22h empezamos a cenar los espaguetis con carne, tortillas y salsa picante, y como ya era habitual, todo en la habitación mientras mirábamos Fargo en la que estábamos completamente enganchados. Estaba comiendo espaguetis pero sin faltar las tortillas y el huacamole. En México ya puedes comer lo que quieras que siempre te lo acompañarán con tortillas.

Después de cenar seguimos mirando un rato Fargo hasta las dos de la noche terminando así otro día tranquilo de paseo para conocer el centro de Tuxtepec.

03/08/2019 Masterclass de vainilla y más comida y cervezas en familia

03/08/2019 Masterclass de vainilla y más comida y cervezas en familia

Este día quedamos con Chely que se dedicaba a la vainilla. Era científica y ayudaba a productores a que las plantaciones fueran lo más eficientes posibles haciendo todo tipo de análisis en las plantas. El día anterior la conocí y nos invitó a ir a ver una colección de diferentes especies que tenía en un Instituto donde daba clases.

Quedamos a las 10 de la mañana para evitar las horas de más calor. En este caso, era más probable que a las 10 ya llegara, a diferencia de cuando quedábamos con Chicho que podía retrasarse dos horas. Por lo que a las 8:30h ya me levanté para tomar primero el café mientras escribía el periódico y después ducharme y prepararme.

A las 10 en punto ya estábamos preparados y Chely también fue muy puntual, por lo que antes de las 10:10h ya estábamos en el coche de Chely, también con su hijo, en dirección al Instituto Tecnológico de Tuxtepec . Este Instituto está muy cerca de donde duermo, de hecho vive en una zona muy preciada por los estudiantes que buscan una habitación, por lo que tengo tanto interés en terminar los apartamentos de la segunda planta.

A los pocos minutos ya entrábamos en el recinto del instituto. Aunque no fue ni las 10:30h el calor ya era insoportable. Fuimos directamente a una especie de invernadero que había en medio del patio y que era donde Chely tenía todas las plantas. Nada más entrar en invernadero ya se podía sentir el olor tan característico de la vainilla, y eso que las plantas sólo tenían hojas. Esto tan trivial me sorprendió muchísimo.

Al menos había unas 60 especies distintas de vainilla, algunas conocidas pero otras que se había encontrado ella misma en medio del bosque y que ni siquiera estaban catalogadas, vainillas silvestres como le decía ella.

Me estuvo contando casi una por una sus características. Me sorprendió que prácticamente sólo existe una especie que se comercializa debido a la facilidad de producirla, el sabor, etc. El resto son más difíciles y por tanto no se utilizan para el consumo. También me sorprendió la manera en que se plantan, pues la vainilla es una planta trepadora sin tronco por lo que cada planta se va enredando sobre un palo y conforme la planta va creciendo se coloca de tal modo que vaya dando vueltas al palo de arriba abajo.

Yo le hice algunas preguntas relacionadas con la producción de la vainilla en Tuxtepec por si podría interesarme invertir en alguna plantación, pero dejó bien claro que Tuxtepec ya no es un buen lugar debido al cambio climático que ha provocado un aumento generalizado de la temperatura por lo que ya hace demasiado calor. De hecho me explicaba que muchos productores están comprando terrenos cada vez más arriba de la Sierra donde la temperatura es más baja. Ya no era una buena opción pero nunca debe perderse la oportunidad de preguntar e informarse sobre posibles inversiones y menos cuando tienes la posibilidad de preguntarle a una de las mejores expertas de todo el estado.

Le ayudé a regar un poco alguna de las plantas que se veía más seca debido a que la bomba de agua no funcionaba. Nos hicimos algunas fotos y ya nos fuimos, yo sabiendo muchas más cosas y habiendo pasado un buen rato y sobre todo aprovechada y didáctica.

Eran casi las 11:30h cuando salíamos del instituto y íbamos a comprar el desayuno. Desayuno que en México es casi comida, aunque después también comen pero muy tarde, algunos hacia las 16h. Fuimos a un pequeño restaurante allí cerca que conocía a Chely donde ella compró la comida para los 4. Compró borrego y sopa para tomar allí aunque yo no quise. De hecho, para mí era demasiado pronto para una sopa.

Y con el desayuno volvimos a casa, preparamos la mesa fuera en el patio igual que el día anterior y desayunamos nosotros 4 y los niños. El borrego se comía, como es habitual, en tacos. Chely ya hacía rato que decía que quería un café, por lo que Emma fue el primero que fue a preparar cuando llegamos. Y de hecho Chely también iba entrando para ver cómo iba y ayudarla de tantas ganas que tenía de café. Me recordaba a mí a primera hora de la mañana…

Así que un día más volvíamos a estar fuera en el patio con la mesa, invitados y un montón de comida. Y porque todavía no eran ni las 12h, sino también habría mezcal y tequila.

Estuvimos hablando con Emmanuel de lo que pensaba estudiar, que era cirugía aunque yo no sabía qué especialidad, así que le pregunté y me dijo neurocirugía. Me quedé bastante alucinado, de hecho ya lo estaba con lo de cirujano pero la neurocirugía sonaba más complicado y sobre todo que se necesita aún más estomago. Éstas son las típicas profesiones que yo no podría hacer de asco que me daría.

Emmanuel tenía 14 años pero me pareció que ya lo tenía muy claro qué quería hacer eso. Miguel, el hijo de Chely, ya había terminado arquitectura y de hecho había hecho los planos de los apartamentos de la segunda planta de casa de Emma. Y los demás eran demasiado pequeños para saber nada. Así que estaba en medio de una familia con muchos estudiosos y grandes profesionales. Eso sí, todos profesionales por cuenta ajena y con horarios muy marcados y largas jornadas laborales, que es justamente lo que yo nunca busco.

En cualquier caso me sentía muy privilegiado poder compartir mesa con gente tan inteligente, trabajadora y culta. Es realmente agradable y provechoso pasa un rato con gente así.

Hacia las 12:30h Chely y Miguel se despidieron, pues al día siguiente ya marchaban hacia Guatemala donde Chely debía reunirse con un productor de vainilla. Conmigo se despidió mas ya que cuando ella volviera yo ya se habría marchado de México y ya no nos veríamos mas, al menos hasta el año siguiente.

Cuando todo el mundo hubo terminado de comer recogimos la mesa, limpiamos un poco y fuimos a descansar un rato, es decir, yo a mirar a Netflix ya la siesta aunque no eran ni las 13h.

Todo el mundo como siempre se levantó al poco rato pero yo hasta casi las 16h no me desperté. Emma ya estaba dando vueltas por el patio cuando yo me fui a preparar el café ya escribir el periódico. Hacia las 17:30h me envió un Whatsapp diciéndome que estaba en casa de Chicho y que fuera hacia allí, así que me vestí para ir. Pero cuando salí al patín vi a Emmanuel tocando la guitarra y Daira al lado vendiendo cosas a la gente de la calle. Por iniciativa propia les pidió bolsas de caramelos y cosas similares a sus padres, lo puso todo en una mesa frente a la puerta que da a la calle, y gritando empezó a vender cosas a la gente que pasaba. Una niña de 9 años y con un espíritu emprendedor ya tan desarrollado. Madera de empresaria.

Emmanuel me llamó y fui hacia allí a sentarme a su lado mientras tocaba la guitarra y Daira me contaba cómo le iban las ventas. Entre otros ya me contaba que una mujer les había intentado dar menos cambio, pero Daira no tenía algo de tonta. Emmanuel me pidió que le ayudara con la letra de una canción que estaba componiendo, a lo que le respondí que yo era lo menos indicado para ayudarle en aquello.

Estuvimos un rato que yo decía una palabra y él hacía una pequeña canción en la que apareciera. La verdad es que se le daba bastante bien y las canciones que iba haciendo no sólo tenían sentido sino que quedaban bastante bien.

Al cabo de unos 15 minutos de estar ahí fuera sentado, salió Emma de casa Chicho para decirme que porque no entraba, a lo que le respondí que estaba allí escuchando a Emmanuel. Pero ella me hizo entrar en casa a Chicho pues ya incluso estaba Chely, que supuestamente ya no tenía que verla más después de haberme despedido esa misma mañana.

Así que fui hacia allí y Chely ya estaba sentada en la mesa, comiendo. Siempre la veía comiendo y mucho… Estaba comiendo unas torcidas que había preparado Lola con la ayuda de Emma. Yo todavía no tenía hambre por lo que me senté allí sin pedir todavía nada. Eso si, Chicho ya empezó a quitar birras…

Al cabo de un rato llegaron Marco, Ana y su hija que apenas salían de trabajar. Ana había hecho y traído unos cupcakes que sólo verlos me vino el hambre de repente. Al menos me comí 4. Hay que tener en cuenta que hartan mucho.

Por la TV estaban haciendo un partido. Jugaban Tijuana contra América en la copa de México. Yo pregunté qué equipos eran y Marco me lo explicó pero incluso poniendo ejemplos de equipos españoles equivalentes, demostrando que tenía un gran conocimiento del fútbol y de la liga española.

Y así estuvimos bebiendo, charlando y comiendo hasta las 21h. Finalmente si que comí torcidas ya que de tanto verlas finalmente me vino la gana, y cabe decir que estaban buenísimas, de hecho se podría decir que eran las más buenas que había probado, pues al hacerlas en casa pusieron de todo y mucho.

La verdad es que era muy agradable pasar el rato con Chicho, Marco, Lola, Ana, etc. Eran todos muy buena gente y que me acogieron y aceptaron muy bien desde el primer momento. Los había visto rara vez pero ya me trataban como un mes de la familia.

Marco habló un rato de los problemas con el director de su hospital, demostrando una vez más los problemas que existen en el sector de la sanidad y que es el motivo principal por el que de momento no tengo interés en vivir en México . Por lo que decía el director incluso a veces ni siquiera iba a trabajar, dejaba gestiones sin hacer, etc. Todo ello derivaba en problemas para los pacientes que los médicos como Marco tenían que aguantar.

Hacia las 21h volvimos a casa ya después de cenar. Yo evidentemente volví a comer sobre las 12 de la noche porque no puedo ir a dormir si hace tanto rato que he comido por última vez.

Otro día bien aprovechado en el que tuve la suerte de poder ser el alumno privilegiado de una de las científicas más valoradas de Oaxaca y México con visita guiada incluida por su laboratorio. Y no sólo eso sino que también comí y cena con ella y con parte de la familia de Emma con la que cada vez me sentía más cómodo y pasaba momentos más divertidos. Pasar ratos tan divertidos entre abogados, cirujanos y científicos no deja de ser un tanto curioso.

Ir al contenido