Este día dejaba a George Town para ir hacia las Cameron Highlands, famosas por sus plantaciones de té, sus selvas donde se puede encontrar la flor más grande del mundo y su clima más fresco y donde llegaría en un bus que ya tenía reservado y salía a las 7:45h. Me desperté pronto, hacia las 4:30h, pues a las 7 de la mañana quería irme y al menos necesito dos horas para hacer todo lo que quiero hacer antes de salir, y más cuando dejo un hotel ya que hay que recogerlo pese a hacer completamente la maleta. Así que primero hice un medio café mientras miraba bien dónde tenía que ir a buscar el bus y dónde estaba el hotel de Tanah Rata que es el pueblo de las Cameron Highlands donde dormiría. Después como cada mañana miré correos, escribí el periódico, me duché y terminé de hacer la maleta mientras me tomaba el otro medio café hasta las 7:10h que ya dejé la habitación y bajé a hacer el check-out.

La salida del bus estaba prevista para las 7:45h y el sitio estaba a unos 15 minutos andando del hotel casi en línea recta, así que fui hacia allí con la ayuda casi imprescindible de Google Maps. Una vez más quedaba demostrada la buena ubicación de aquel hotel que me había permitido ir andando a todas partes e incluso ahora cuando sólo tendría que andar 15 minutos. Realmente se agradece.

El billete ya lo tenía comprado desde antes del inicio del viaje, comprado, como casi todos, en 12go.asia por 38,90RM, unos 8,40€. Un precio barato teniendo en cuenta que el trayecto era de 250km.

El sitio era una estación de autobuses bastante grande y que se encontraba fuera del centro histórico aunque todavía muy cerca. De hecho el día anterior casi pasé por delante al regresar de la Times Square. Tenía unos 7 u 8 carriles donde esperaban los autocares y por un lado unas cuantas oficinas de las distintas compañías que operaban los autocares. Así que entré buscando la oficina de la compañía. No la encontré por lo que entré en una donde había gente esperando para preguntar por aquella compañía en concreto y me dijeron que allí no era pero me indicaron adónde debía ir, que estaba fuera de esa estación pero justo enfrente, al otro lado de la calle donde ya se veían 2 o 3 autocares esperando. Fui y enseguida vi que en aquella calle había más oficinas de otras agencias, fui preguntando hasta que en la tercera a la que entré acerté. Por los carteles no podía saberse ya que yo sólo tenía el nombre de la operadora, pero no de la agencia. La mujer me indicó el autocar que debería coger y vi que de hecho en el propio autocar sí que ponía el nombre bien mayor, Unititi Express. Dejé la maleta y hacia arriba.

Eran las 7:30h cuando ya estaba sentado y aunque la salida estaba prevista para las 7:45h, hasta las 8 no salimos. Además hizo una parada de al menos 20 minutos en otra estación todavía de la isla de Penang, por lo que todo se estaba retrasando mucho. Hay que tener en cuenta que el trayecto ya estaba previsto que durara al menos 5 horas, por lo que estos retrasos no hacían ninguna gracia.

Aunque en esta segunda parada también había subido más gente, el bus iba bastante vacío, lo que se agradece por no tener a nadie al lado. Muy cerca de mí sentó una chica que también iba sola con su mochila y haciendo el mismo trayecto que yo. La mayoría parecían malayos o al menos locales, y que muchos eran chinos pero que no puedes saber si viven donde están de viaje. En cualquier caso no era el único viajero que iba solo haciendo ese mismo trayecto.

Para salir de la isla de Penang fue por uno de los dos puentes que conectan la isla con la península, puentes que son como una autopista y muy largos, de hecho son una obra de ingeniería impresionante. Por el tiempo que tardamos en cruzarlo, yo diría que al menos tenía 4 o 5 kilómetros de largo, eran una pasada. Y de hecho ésta era la ruta que me indicaba Google Maps cuando busqué cómo llegar a George Town desde la frontera con Tailandia. Google Maps no mostraba los ferrys por lo que sólo daba la opción de llegar en bus cruzando uno de estos puentes.

Hasta la ciudad de Ipoh, donde hizo otra parada de poco rato, el tráfico era importante por lo que más tiempo que íbamos perdiendo. No fue hasta entonces que el tráfico ya era mucho menos y ya fue hasta el destino a la velocidad máxima que podía ir.

La ciudad de Ipoh, donde estábamos ahora, era una de las ciudades en las que había considerado dormir ya que queda más cerca de las Cameron Highlands y de hecho muchos viajeros pasan noche. Pero teniendo en cuenta que George Town es una ciudad mucho más interesante y tampoco queda tan lejos, finalmente me decidí para aprovechar más días en George Town. Y de hecho, por lo que veía ahora, sólo eran dos horas menos de camino, por lo que tampoco valía demasiado la pena.

La segunda mitad del trayecto la dediqué a ir escribiendo el diario y mirar bien dónde nos dejaría el bus ya cuánto me quedaba del hotel. Tanah Rata, a pesar de ser la ciudad más importante de Cameron Highlands, es bastante pequeña, y además el hotel estaba bien situado, por lo que el bus nos dejaría a unos 10 minutos andando del hotel que tenía reservado. Y ya eran unos cuantos hoteles a los que había podido llegar andando, algo que siempre normalmente miro al reservar.

La hora prevista de llegada era a las 12:15h pero apenas eran las 11h cuando hacíamos una nueva parada en un área de descanso que se encontraba todavía a unos 130 kilómetros de Tanah Rata, distancia que según Google Maps tardaríamos 3 horas en hacer, por lo que estaba claro que llegaríamos con bastante retraso.

Desayuné en el bus e incluso me estuve a punto de dormir, pero el bus paró unos segundos y eso ya hace que tu cuerpo se despierte, de hecho todo el mundo que estaba durmiendo se despertó pensando que ya habíamos llegado.

El tramo final del trayecto, al que llegamos hacia las 13h y que ya era la zona de Cameron Highlands, era una carretera con fuerte subida de un solo carril por sentido y con curvas constantemente, por lo que tardamos más de una hora al recorrer ese último tramo de tan sólo 25 kilómetros. Eso sí, ya íbamos pasando por medio de todos los pueblecitos de Cameron Highlands además de ver ya las montañas y los espesos bosques de esta zona. De hecho, la mayoría de pueblecitos eran muy pequeños y quedaban casi completamente en los arcenes de aquella carretera por donde pasaban más autocares que coches, una situación que me pareció no sólo peligrosa sino una buena señal de la explotación que hacían de aquellas. suelos. Veremos cuánto tiempo aguantan…

Pasadas las 14h por fin llegábamos a la terminal de autobuses de Tanah Rata, que más que una terminal parecía una pequeña plaza. Eso si, con las letras bien grandes de Tanah Rata al estilo Hollywood.. Bajamos, hacía la primera foto del sitio y con el móvil en la mano con el inestimable Google Maps fui hacia el hotel.

Solo tuve que andar poco más de 5 minutos por la misma carretera por la que veníamos y después entrar por un caminito de arena y que todavía subía más arriba hasta el hotel que ya se veía de lejos, pues estaba a una zona unos metros elevada y tenía unas letras muy grandes en la fachada. Parecía pues que desde allí tendría unas buenas vistas al menos de Tanah Rata, ciudad que parecía hecha sólo para alojar a turistas, pues la mayoría de locales eran tiendas de souvenirs, restaurantes, agencias de tours u hoteles. En cualquier caso todo era muy pequeño por lo que no había ningún tipo de masificación, de hecho todo lo contrario, aquella zona no era de fácil acceso ni era un lugar de playa y fiesta, por lo que el turismo que había no sólo era mucho más limitado, sino también mucho más sensato, respetuoso e interesado en maravillas naturales como aquella.

Todo el camino era de subida, como era de esperar en las Cameron Highlands, pero además los últimos 100 metros, ya en el caminito de arena, la pendiente aumentaba considerablemente haciendo que el tramo final fuera ciertamente cansado de hacer. El hotel era un edificio de 3 plantas en el aire por los 4 lados rodeados de jardines y en una pequeña colina que permitía ver toda la ciudad y buena parte de las Cameron Highlands desde sus ventanales a lo largo de toda la planta. Aún no había entrado pero ya estaba seguro de que aquél era el mejor hotel que podría haber reservado en Tanah Rata. Y hay que decir que no me decidí por éste por estas vistas, sino por el precio. Era de los más económicos ya que tenía habitaciones individuales, y no sólo dobles como otros muchos, por lo que no sólo era el más económico que había encontrado sino lo que ahora me parecía lo mejor de la ciudad.

El día anterior ya había avisado al hotel de que llegaría aproximadamente a esa hora ya que me lo preguntaron, por lo que al entrar en el hotel y saludar a la propietaria me dio la sensación de que ya me ‘estaba esperando y que no tenía mas huéspedes por ese día ya que lo primero que me dijo fue a ver si pronunciaría bien mi nombre, sin ni preguntarme cómo me decía, nombre que por cierto pronunció bastante bien pero como ya me imaginaba pronunciando también la U.

Hicimos el check-in, pagué los 20RM (4,30€) de tasa turística por las dos noches y muy amablemente me quiso explicar todo lo que podía hacer por la zona, a lo que le respondí que seguramente contrataría un tour y que por tanto no era necesario. Me dio las llaves y subí a la primera planta en la que estaba mi habitación, la 109.

No soy de los que les gusta demasiado ir en tours organizados, de hecho lo hago pocas veces y sólo cuando es imprescindible debido a la dificultad de llegar a algún sitio por libre o por falta de tiempo. Y estos eran justamente los motivos por los que allí quería reservar un tour, pues sólo estaría un día completo y llegar a la selva a la que quería ir para encontrar la mayor flor del mundo era casi imposible. Así que esa tarde la dedicaría a mirar agencias y comparar tours.

La habitación era pequeña pero con baño propio y cama individual, por lo que sólo estaba pagando por una persona y no por dos como muchos hoteles con cama de matrimonio. El baño propio era un lujo que en pocos hoteles en lo que llevaba de viaje había encontrado. Así que a pesar de ser muy barato, la habitación era más completa que otras, la propietaria era muy amable y servicial y las vistas eran las mejores del pueblo. Buena elección.

Dejé las cosas y me tomé un café mientras reservaba una noche más en el hotel de Melacca, la noche del 30 de junio al 1 de julio ya que tenía reservado ya del 1 al 3 pero no esa noche ya que antes de la salida del viaje todavía no lo había terminado de organizar. De hecho el problema fue que intentando cambiar las fechas y poner en vez de entrar el día 1 entrar el 30, Agoda decía que esas fechas no estaban disponibles, pero allí fui a hacer una segunda reserva por esa noche y si me dejó. Tuve que hacer dos reservas separadas por el mismo hotel, pero así ya tenía todas las noches de lo que me quedaba de viaje con hoteles reservados. Ahora ya tocaba pensar en qué haría exactamente al día siguiente y buscar la forma de hacerlo, ya fuera contratar un tour o ir por libre.

Conforme más lo pensaba más claro tenía que quería ir por libre como de hecho hago casi siempre, pero a la vez era consciente del poco tiempo que tenía y de lo difícil de llegar a ciertos lugares, así que cada vez estaba más indeciso. Finalmente bajé a recepción para pedirle directamente a la propietaria que me recomendara qué hacer, pues la vi muy predispuesta y sincera y nada mejor que un local para saber qué es mejor.

Así que le dije que había pensado en un tour por la falta de tiempo y para poder encontrar a Rafflesia, la flor más grande del mundo, pero que yo siempre prefería hacer las cosas por libre. Como es normal ella no quería mojarse al recomendarme una u otra cosa así que quedamos que me contaría todas las opciones que había de tours y de recorridos por libre para así poder decidir con toda la información disponible. De hecho tenía que contarme lo que ya había querido explicarme al hacer el check-in y que la verdad, habría tenido que dejar que me contara.

Y la verdad es que me lo explicó todo mucho mejor de lo que pensaba. Sobre un mapa me fue diciendo los sitios donde podía ir solo, algunos caminando desde el hotel y otros en moto, y los lugares donde mejor sería reservar un tour, así como lo que podría ver y hacer en cada sitio. Con aquellos poco más de 5 minutos de explicaciones me quedó clarísimas todas las opciones y de hecho incluso ahora ya consideraba más hacer un tour que ir por libre, pues me había hecho ver cosas que de otra forma no debería visto. La lección pues, nunca dejes de escuchar los consejos de un local, aunque después no hagas caso. Sabrás cosas que no encontrarías por Internet.

En resumen, por libre y caminando podía realizar 3 trekkings en una zona cerca del hotel pero que no era ninguna de las selvas más interesantes ni donde se podía encontrar la Rafflesia. Hay que tener en cuenta que aquí en Cameron Highlands hay un par de selvas muy interesantes de ver y algunos pueblos que todavía viven como hace un siglo, todo ello lugares muy interesantes de visitar pero muy difíciles de llegar sin un guía. Andando también podía ir a una plantación de té. Y si iba en moto, además podía ir a Mossy Forest, una de las selvas, pero claro, no podía alquilar ninguna moto. Y con los tours podría ir a hacer un trekking por la otra selva que era la más espectacular y donde se encuentran las Rafflesies, además de poder hacer también todo lo demás (visitar la otra selva, otras plantaciones, poblaciones locales , etc.), Dependiendo del tour se harían más o menos cosas, evidentemente pagando más o menos dinero.

Una vez con toda la información fui a dar una vuelta por el pueblo, básicamente por la acera de la carretera, a ver las agencias que había por todas partes y qué precios tenían por los mismos tours que la propietaria del hotel me había ofrecido, pues ella ya me dio un tríptico con todos los tours que podía reservar en el mismo hotel.

Todos los tours que iba viendo eran similares a los que me habían ofrecido en el hotel aunque en general me parecieron unos 10RM más baratos, supongo que por la comisión del hotel, por lo que finalmente decidí reservar el tour más completo y directamente en el hotel por la confianza que me había dado la mujer. Aparte de que me fiaba más de ella, las demás agencias no aseguraban encontrar la Rafflesia, lo que la del hotel sí. Así pues, por unos 25€ que costaba el tour más completo de 10 horas de duración viendo casi todo lo que se puede ver en las Cameron Highlands e incluso Rafflesies, me pareció un precio más que razonable por lo que ya volví en el hotel para reservarlo. Con todo ello ya eran casi las 18h, por lo que tampoco podía perder ya más tiempo, pues el tour sería al día siguiente.

En cuanto volví al hotel, le dije a la mujer que reservaría con ella el tour mas completo, ella llamó y en 2 minutos ya tenía el tiquet. Me pasarían a recoger por el hotel a las 8:40 de la mañana. Y ya con el trabajo del día hecho, volví a la habitación a descansar un rato que hasta entonces, entre unas cosas y otras, todavía no había podido estirarme a descansar, de hecho ni siquiera había comido, sólo comido galletas durante el trayecto. Pero al menos ya estaba en el hotel de las Cameron Highlands y ya tenía planning completo para el día siguiente, cuando vería prácticamente todo lo más interesante que tienen estas tierras.

A las 19h salí a cenar, bueno, a comer cena. Fui directamente a una zona en la carretera pero a la altura del hotel donde ya había visto que había varios sitios ambulando con tablas incluso. Parecía una zona pensada por los locales por lo que no lo pensé dos veces. Había lugares de malayas pero sobre todo hindúes, de hecho el pueblo parecía más de la india que de Malasia por la cantidad de hindúes que había. Aquí, a diferencia de George Town, no había chinos.

Miré en todos los sitios y finalmente me decidí por uno de dos chicas malayas donde hacían todo tipo de Roti que en ese momento todavía no sabía de que eran, pero se veían como pequeñas empanadas fritas de varios tipos. Yo pensaba que alguna sería de carne así que pedí una o dos de cada, en total 9 piezas por 4RM, ni un euro.

El problema es que me pareció que todas eran de plátano hecho de varias formas. De hecho la chica tenía un montón de plátanos junto a la freidora. En cualquier caso estaban buenos aunque evidentemente no eran tan contundentes como las empanadas de carne hindúes que había probado el día anterior. De hecho, en algunos casos ni siquiera se notaba que fuera plátano debido a que estaban muy fritos. Nunca pensé que algo hecho básicamente de plátano pudiera ser tan bueno y hartar tanto, pues con las 9 que me comí quedé bien lleno.

Me senté en una de las mesas junto a ese lugar ambulante y allí me las comí directamente de una bolsa de plástico y pinchando cada pieza con un punzón de madera, todo muy auténtico y como haría cualquier otro local de Tanah Rata.

Al terminármelas pedí 3 piezas más del tipo que más me había gustado y me las comí mientras iba a un mini súper a comprar agua y algunas galletas. Como ya había leído, aquí la temperatura era mucho más baja que en George Town, de hecho ahora que ya se iba el sol, la temperatura estaba bajando en picado, hasta el punto de que me puse la chaqueta por primera vez en todo el viaje, incluso era una sensación tan extraña. Por fin podría dormir bien y dejar de comprar tanta agua.

Y hacia las 20h volvía al hotel ya para acostarse, pues ya hacía 16 horas que me había despertado y no había hecho siesta. Así al día siguiente me despertaría con mucho tiempo para ponerme el día con algunas cosas y prepararme para el tour, pues caminaríamos durante horas en medio de una selva tropical sin caminos por lo que no era cualquier cosa que se pudiera hacer improvisante. Estaba contento ya que con la información de la propietaria y después de haber visto varias agencias del pueblo, estaba convencido de que había decidido lo adecuado para la situación. Al día siguiente sería un día decir pero en un solo día vería casi todo lo que se puede ver en las Cameron Highlands acompañado de un nativo, cada vez más difícil de encontrar.

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