Hacia las 8h me despertaba con sólo dormir 5 horas. Como ya me había pasado el día anterior, me desperté antes de lo previsto, pues entraba mucha luz y ruido por la ventana y además el calor era insoportable, ni con el ventilador al máximo se aguantaba.
Por la mañana, mientras me tomaba el café, reservé todos los transportes que necesitaba para ir desde el hotel donde estaba ahora hasta la estación de tren de Surat Thani. Esta ciudad está a unos 70 kilómetros de la costa pero ya en la parte continental de Tailandia. Es la ciudad más cercana a la costa con estación de tren y es donde llegan la mayoría de pasajeros provenientes de las islas del Golfo de Tailandia, pues la línea de tren que pasa cruza Tailandia de norte a sur llegando hasta la frontera con Malasia . Yo ya tenía el billete de tren para la noche del 22 al 23 para ir desde Surat Thani hasta Padang Besar, la ciudad fronteriza entre Tailandia y Malasia, pero aún tenía que reservar el ferry y el autobús desde el hotel hasta en Surat Thani. Por cierto que Padang Besar no era el destino final, allí debería tomar más trenes y ferrys hasta llegar a George Town, una ciudad situada en una isla al norte de Malasia. Todo esto lo haría seguido, durmiendo en el tren, y en un plazo de unas 36 horas. Un largo trayecto por mar y carretera para ir desde una isla de Tailandia hasta otra isla pero ya en Malasia.
La opción que encontré era bastante buena, pues me pasaría a recoger un taxi colectivo por el hotel donde estaba ahora y que me llevaría a uno de los puertos de la isla, el de Bangla, que no era lo mismo a lo que había llegado y que estaba más lejos. Allí embarcaría en un ferry hasta el puerto de Surat Thani, y de allí, sólo con desembarcar, un autocar de la misma compañía del ferry me llevaría hasta la estación de tren, a unos 70 kilómetros. Y todo por 13€, que después de mirar precios de ferrys y taxis, éste estaba muy bien, de hecho si todo esto lo hiciera por libre como mínimo me habría salido por ese precio o incluso más caro, aparte de no tener la tranquilidad que podría tener contratándolo todo con la misma compañía.
Y con el trabajo ya hecho, me tomaba otro café, escribía el periódico, me duchaba y sobre las 12 salía a dar una vuelta con la intención de ir hacia la playa y caminar por allí. La playa estaba a unos 50 metros del hotel, pero debido a que no había ninguna calle frente al hotel que llevara hasta la playa y que por tanto no se podía acceder por cualquier sitio, debería caminar primero un rato a lo largo de la carretera hasta encontrar una calle que fuera desde la carretera hasta la playa.
Así que caminé en dirección norte, hacia el centro de Chaweng, hasta llegar al primer callejón de arena que encontré que llegaba hasta la playa y que estaba a unos 700 metros del hotel.
La playa era como todas las del Golfo de Tailandia, con arena blanca, muy poco profunda y muchas palmeras. Ésta tenía como entradas de arena en el mar, como pequeñas cabezas, algo curioso y que no había visto en ninguna parte. A lo largo de la playa estaba lleno de restaurantes, bungalows y otros bares, pues Chaweng Beach es la zona con mayor animación de toda la isla de Koh Samui. De hecho, y salvando las distancias, esta zona era la más similar en Ibiza por el tipo de ambiente que se veía, aunque evidentemente con mucha menos gente, menos locales y sobre todo menos drogas.
Caminé por la playa hasta las 13h que volví a la calle principal a investigar más la zona y ver si encontraba algún lugar ambulante, o al menos un restaurante para locales donde comer, ya que el día anterior ya había comido en el restaurante del hotel, o sea, de guiris, y eso es algo que me gusta poco. Me gusta comer rodeado de locales como si fuera un local mas, no rodeado de guiris.
Encontré, justo frente al 7-eleven donde ya había ido a comprar un par de veces y que quedaba casi al lado del hotel, una mujer que ni siquiera tenía una moto o puesto ambulante, sino que sólo era ella sentada en el suelo con una cesta con ingredientes y una especie de barbacoa con un montón de pinchos de carne de todo tipo. Me pareció bien, además estaba lleno de locales haciendo cola a su alrededor, muy buena señal, así que decidí que compraría allí el almuerzo y me lo comería en el hotel.
Como no sabía ni qué tipo de comida estaba haciendo ni cómo se llamaba nada de lo que había, le pedí lo que estaba preparando por una clienta, que creo que era Pad Thai. Además pedí dos pinchos con un montón de carne cada uno que parecía ternera. Sólo como lo preparaba era todo un espectáculo. Ponía todos los ingredientes en un cuenco y con dos palas iba picando y mezclando todos los ingredientes. Fideos, tomate y otras verduras, chile (como no) y algo de frutos secos, mientras los pinchos de carne se hacían en la barbacoa. Se me estaba haciendo ya la boca agua. Eso sí, me costó 90 bats (2,60€), más que el almuerzo en el restaurante del hotel, aunque ahora había más comida, pues el Pad Thai ya es más que el arroz basil y sin contar los dos pinchos de carne.
Volví al hotel que tenía a menos de 2 minutos andando y allí me lo comí todo. Como siempre estaba muy bueno pero en este caso aún más debido a que la carne estaba hecha en la barbacoa.
Y a las 15h a la siesta como llevaba haciendo cada día desde que estaba en el Golfo de Tailandia aunque aquí me costaba un poco más dormir por el ruido, la luz y el calor.
A las 17h me desperté, volví a ducharme, me tomé otro café y escribí el periódico. Parecía que viviera dos días en un solo día, y todos los días…
A las 18:30h salí y fui directamente a la playa, pues aunque desde ésta era imposible ver la puesta de sol, si que quería ver cómo oscurecía desde allí. Así que fui hacia el mismo callejón de arena hasta llegar a la playa.
Una vez allí, me pareció que incluso había más gente que por la mañana, supongo que porque la temperatura era ahora más soportable aunque hacía mucho calor, seguramente debido a la humedad. Pero al menos el sol ya no golpeaba directamente.
Caminé incluso más lejos de lo que había caminado por la mañana en dirección norte, hacia el centro de Chaweng y donde hay más animación, mientras iba oscureciendo. Aunque no se veía el sol era bastante bonito. La playa estaba llena de terrazas con un estilo chillout, rodeadas de palmeras y algunas con DJ. A lo largo de la playa se escuchaba música electrónica en un ambiente muy agradable y festivo pero sin borrachos ni drogas.
Hacia las 20h fui a una de las terrazas de la playa a tomar una cerveza, que aunque una Chang costaba 80 bats, el doble que al 7-eleven, de vez en cuando está bien tomarla bien sentado en una tumbona junto a la playa. A esa hora ya estaba completamente oscuro quedando toda la playa iluminada por las diferentes terrazas y mucha gente que ya empezaba a cenar, pues aquí los horarios van más adelantados que en España.
Al cabo de media hora fui hacia el 7-eleven a comprar agua y la cena y hacia el hotel a comer. La cena era lo de siempre, fideos deshidratados y esta vez una especie de pastel de manzana como los que hacían en el McDonald’s pero éste era de piña y bastante mas bueno. Muchos días cenaba pasta, pero es que en Tailandia había muchos tipos, por lo que cada día era algo diferente. En estos momentos todavía no lo había descubierto, pero pocos días después descubriría que en los mismos 7-eleven te podían calentar la comida, por lo que pasé a comprar todo tipo de platos preparados que ya iré comentando. Lástima no haberlos descubierto antes.
Después de cenar me vino a la cabeza que todos los transportes (taxi, ferry y bus) que había reservado esa misma mañana para ir hasta la estación de tren de Surat Thani 2 días después, donde tomaría el tren hasta Malasia , la compañía aún no me había confirmado la reserva. Era la primera vez que hacía una reserva de esta forma y la confirmación no me llegaba al momento, aunque en ese momento no le di ninguna importancia, pensaba que era un simple problema técnico o burocrática y que ya me llegaría la confirmación. Pero la cuestión era que en ese momento todavía no tenía ningún nuevo correo ni de la compañía ni de 12go.asia, la web intermediaria desde donde había hecho la reserva.
Y así llegaba al final del segundo día a la isla de Koh Samui, probablemente la que tiene un turismo mas familiar o no tanto para jóvenes de las 3 del Golfo de Tailandia. En las 3 en general se puede encontrar mucha oferta de ocio nocturno, aunque aquí los turistas parecían los más responsables de las 3 islas. Me encantaban las 3 islas cada una con sus particularidades a pesar de estar tan cerca una de la otra. En 10 días las había visitado las 3 disfrutando del ocio, la naturaleza, las playas, los animales, la gente y la comida en cada una. Y la verdad, no sabría decir cuál prefiero, las 3 aportan algo que las demás no aportan.
A las 12 de la noche fui a la cama a mirar una peli mientras me quedaba dormido, algo que no tardé demasiado, de hecho menos que el día anterior. Al día siguiente no tenía ninguna visita planeada, aunque quería ir a un mirador. Estos días ya estaba más pendiente de la inminente marcha hacia Malasia, y de hecho, durante la planificación del viaje, ya me dejé estos días más libres.